Últimamente, cuando estoy buscando documentación para otros proyectos, me topo con los sajones detrás de cada esquina. Son como ese elemento común que te encuentras en varios sitios, películas, novelas, etc. Hasta que un día te das cuenta y decides investigar por qué. Los sajones son una peculiaridad en la narrativa medieval, ya que aparecen en varios círculos épicos bastante conocidos, pero siempre como personajes secundarios, accesorios a los protagonistas del relato, ya sean individuos o pueblos.
En el caso de los sajones, parecen ser dados deliberadamente de lado y, al mismo tiempo, estar en el centro de todo. A mi modo de ver, los sajones aparecen al menos en cuatro ciclos legendarios de la antigüedad tardía y la alta edad media, cada uno de ellos con grandes oportunidades para la ambientación de campañas, sobre todo si se desea que sean de temática bárbara y sobrenatural.
Un reportaje de Urox
Probablemente esto no sea casual sino que se deba a que, en el momento en que la literatura europea en lenguas vernáculas empezaba a eclosionar tras siglos de oscuridad y de supeditación a la narrativa en lenguas clásicas, fue cuando los sajones dejaron de gobernarse a sí mismos. Pasaron precisamente entonces a ser súbditos de los normandos, que trajeron con ellos a Inglaterra su propio idioma y cultura, la francesa, la cual se convertiría en la "cultura oficial".
Los sajones en el Ciclo Artúrico
En los mitos artúricos, los sajones son el enemigo a batir. De hecho, el mismo origen de la dinastía Pendragon, y de su poder, se debe a la necesidad de los britano-romanos, abandonados por el Imperio, de hacer causa común contra ellos. Los sajones, por tanto, aparecen bastante en los relatos artúricos, pero siempre como enemigos e invasores, cargados de vicios. Los britanos son cristianos, los sajones paganos; los britanos son civilizados, los sajones bárbaros; etc. Claro está que, hasta entre tan viles enemigos, no es lo mismo un Cerdic o un Hengest, que el rey Aelle, que hasta cumplía los pactos de vez en cuando.
La Heptarquia
No hay que olvidar que el Arturo histórico era un jefe de guerra que comandaba los ejércitos unificados de varios reyes bretones contra los sajones. El mito artúrico nació y se desarrollo entre los habitantes celtas de Bretaña, especialmente los galeses. Como es lógico, los sajones no aparecen bajo una luz favorable en estos relatos, como los del Mabinogion o la Historia de los Reyes de Bretaña. Por si fuera poco, la invasión normanda impidió que se desarrollara una literatura puramente sajona, quedando en este aspecto los sajones a merced de sus enemigos, tanto los viejos como los nuevos. No es casualidad que la Historia de los Reyes de Bretaña (Historia Regum Britanniae), la obra fundacional del circulo artúrico, fuera escrita por un monje gales, Geoffrey de Monmouth,patrocinado por dos nobles normandos.
El rol nos permite volver atrás en el tiempo y tratar de contar el otro lado de la historia, cómo vieron y vivieron los sajones aquel período. Las terribles circunstancias que los llevaron a abandonar su tierra natal, y su lucha por crear un nuevo hogar.
Una ambientación también interesante es la de la Heptarquía, la época que siguió a la derrota de los sucesores de Arturo. Cuando los sajones y sus aliados jutos y anglos se habían adueñado de la mayor parte de Gran Bretaña, fundando siete reinos que luchaban constantemente entre sí y contra los remanentes celtas de Gales, Escocia y Cornualles. Además de estos conflictos externos se produjo un fuerte conflicto interno, ya que los sajones se mantuvieron mayoritariamente paganos en un principio, pero luego fueron convirtiéndose poco a poco al cristianismo.
Los sajones y las sagas nórdicas
Aún más sorprendente es el caso de la presencia de los sajones en las sagas nórdicas. Los sajones suelen ser presentados como los nórdicos más meridionales, habitando las costas de lo que hoy en día son Holanda y Alemania. Aunque hablan la misma lengua y comparten con los suecos, noruegos y daneses los mismos dioses y costumbres similares, sufren ya cierta influencia de los germanos en cultura e idioma. A pesar de que aparecen en las sagas algunos personajes sajones como la reina Olof, siempre lo hacen en un plano secundario, nunca como personajes protagonistas. Es toda una ironía que el poema de Beowulf se conservara precisamente entre los anglosajones, cuando la acción tiene lugar en Dinamarca y el héroe es un gauta.
En las sagas más tardías, y que ya tratan de personajes más históricos de la llamada Era Vikinga, también aparecen los sajones, en este caso sobre todo los de Gran Bretaña. De hecho el principio de la Era Vikinga (en este caso sí está bien utilizado el término) está marcado por el ataque a la isla monasterio de Lindisfarne, en el reino anglo de Northumbria. Posteriormente los nórdicos volverían a atacar la Gran Isla cada verano, hasta que finalmente algunos de ellos decidieron instalarse en ella. Crearon así el llamado Danelaw, una región de Gran Bretaña habitada y gobernada por nórdicos, y donde se libraron varios episodios del épico enfrentamiento entre el rey Erik Hacha sangrienta y Egil Skallagrímson.
El Danelaw puede ser un lugar interesante para ambientar una campaña con mezcla de elementos vikingos y sajones, e incluso célticos.
El Danelaw
Los sajones y la Caída de Roma
Las tierras ancestrales de los sajones corresponden a lo que hoy en día son Holanda y el norte de Alemania. En tiempos del imperio romano se trataba de tierras fronterizas entre Germania y el Imperio, pero paradójicamente los sajones jugaron un papel muy menor en las Invasiones Bárbaras de los siglos IV y V d.C.
Los sajones, cuando ejercían el pillaje contra el imperio, lo hacían por vía marítima. Esto se debía sobre todo a que eran un pueblo demasiado débil para poder expansionarse por tierra hacia el sur, donde había pueblos más poderosos, como los francos. Encerrados en una estrecha franja de tierra costera y pantanosa, los sajones se veían obligados a expansionarse, pero por doquier se encontraban con pueblos más fuertes, así que se embarcaban y lanzaban expediciones de pillaje contra la Galia y Britania. Finalmente, cuando los romanos dejaron a Britania a su suerte, la invadieron, encontrándose con la única oposición de los propios britano-romanos, acaudillados por líderes locales, como Ambrosio Aureliano, Uther y Arturo.
Los sajones y el cantar de gesta carolingio
En el Cantar de Roldán, el primer poema épico en una lengua romance, se nos dice que el Emperador Carlos (Carlomagno para los amigos) debe dejar su campaña contra los musulmanes en España, para enfrentarse a una rebelión sajona.
Estos rebeldes son los sajones que se quedaron en Germania y que, en parte para no convertirse en vasallos de los francos, fundaron una nación, el ducado de Sajonia, que permaneció tozudamente pagana frente a los catoliquísimos francos (recordad, Francia hija mayor de la Iglesia y todo eso). Esto fué así hasta que Carlomagno los convirtió a base de palos, llegando a talar el Irminsul o Yggdrasil, un enorme árbol sagrado (no está claro si era un roble o un fresno) venerado como una imagen del Árbol del Mundo.
El último líder de la resistencia sajona contra Carlomagno fue Viduquino (Widukinik), el cual buscó refugio entre los daneses en más de una ocasión, y es un personaje rodeado de mitos y leyendas.
La lucha de los sajones continentales contra los francos puede servir tanto como semilla para una campaña propia, como para añadirla a una ambientación de Yggdrasil o cualquier otra centrada en Escandinavia. Imaginaos a un refugiado sajón en el gran salón de vuestro Jarl, relatando cómo los francos destruyen los lugares sagrados de sus dioses, los mismos que los de los daneses, y convierten a la fuerza a su pueblo. Y si los sajones caen, ya no habrá nadie entre los fanáticos caballeros de Carlos, embutidos en acero de pies a cabeza, y las tierras de los daneses.
Jugando al rol con los sajones
Por todo lo anterior se podría pensar que los sajones son unos perdedores natos, unos desgraciados integrales a los que la historia deja de lado constantemente. Incluso cuando parece que llevan las de ganar, luego llegan otros y se llevan el mérito, o consiguen que la historia y la literatura asigne a los sajones el papel más desagradecido. Eso también debió pensar cierto catedrático de Lengua Anglosajona, que decidió crear una mitología propia para los sajones. Quizás hayáis oído hablar de él. Se llamaba J.R.R. Tolkien.
Rey y Guerreros Sajones
Los sajones de la época de las sagas legendarias, como la de Hrolf Kraki, nos permiten la oportunidad de realizar una interesante fusión de elementos, si no somos muy escrupulosos históricamente. Los aventureros sajones pueden moverse por el mundo de la mitología artúrica y el de las sagas nórdicas, y a la vez asistir a los últimos estertores del Imperio Romano de Occidente, tal y como hace el Príncipe Valiente de Harold Foster.
Un grupo de aventureros sajones puede visitar un año al rey danés Frodi en su corte de Hleidra, al siguiente viajar a la corte de Atila el Huno (el Erzel de las sagas) durante su avance hacia la Galia, y en un tercer año tratar con el usurpador Vortigern para que permita asentarse a su pueblo en la isla de Thanet en el pistoletazo de salida, según la versión legendaria, de las invasiones sajonas.
El juego Pendragon, aunque está en principio pensado para jugar con personajes britanos, permite jugar con sajones mediante el suplemento Caballeros Aventureros. Puedes crear un grupo de personajes pertenecientes a este pueblo, de cultura wotánica, y ver el otro de lado de la invasión sajona.
También se puede dar una vuelta de tuerca a los personajes britanos, como los de la campaña de Aquilifer (si me perdona por meterme en jardín ajeno, pero es que el ejemplo me viene que ni pintado). En un juego en el que los sentimientos y las pasiones están tan bien representados... ¿Qué pasaría si uno de los caballeros se enamorara (Pasión) de una doncella sajona? ¿Cómo cortejaría a la dama? ¿Cómo pediría a su padre su mano? ¿Qué efectos tendría en su Gloria, y sobre otros personajes, jugadores y no jugadores? Los caballeros caballerosos admirarían que un caballero llegara hasta tales extremos por su amada, y algunas damas suspirarían y hablarían del poder del amor. Pero los caballeros cristianos le condenarían por rondar a una pagana, y otras damas dirían que si no podía haber encontrado una mujer britana decente en vez de... alguien que es poco mejor que un animal. En cualquier caso, tenemos un montón de posibilidades para jugar e interpretar, y una situación en la que el máster puede presentar otros aspectos de la cultura sajona aparte del puramente bélico. Después de todo, el rey Arturo firmó varias treguas con los sajones, e incluso llegó a someter a algunos de ellos, así que habría también ocasión para cierta interacción pacifica.
Yggdrasil, por otra parte, nos permitiría jugar el mismo periodo, pero sumergiéndonos en una visión más realista de la cultura nórdica (aunque quizás algo anacrónica para los historiadores más rigurosos), tendiendo un puente con su juego hermano de próxima publicación, Keltia. Si estás llevando una campaña de Yggdrasil y quieres introducir a tus personajes en el universo de Merlín y Arturo Pendragon, puedes hacer que jueguen como emisarios o incluso como parte de los invasores. Después de todo, aunque Anglos y Sajones fueron el grueso de la misma, también había entre ellos jutos y frisios, e incluso daneses y noruegos.
Estos dos juegos están claramente situados en un tiempo y un lugar, pero por supuesto podemos reciclar cualquier juego de fantasía. Especialmente los que tienen suplementos específicos para los vikingos, como Runequest, para jugar campañas ambientadas en el pueblo sajón.
Aunque no conozco ninguna publicación enfocada específicamente al pueblo sajón, sí que os puedo decir que la última hornada de suplementos de Glorantha, dedicados a los orlanthis del Paso del Dragón, toma gran cantidad de términos de la lengua anglosajona, como Fyrd, Wyter, etc.
Igualmente, los rohirrim de Tolkien son básicamente sajones con caballos. Si uno mira las listas de reyes sajones, se encuentra con nombres como Éomer. Esto no es casual, ya que Tolkien decía que si los sajones hubieran tenido caballería habrían ganado a los normandos en la batalla de Hastings, y la historia y la cultura inglesas hubieran sido muy diferentes. Así que decidió crear esa caballería sajona.
Material de referencia
Recomiendo primero de todo este documental, que describe la sociedad anglosajona, y en menor medida la nórdica y normanda, en el crucial año de 1066. También hace alusiones a Tolkien, aunque sin citarle directamente en ningún momento. Sin embargo la intención está clara, desde el mismo nombre del documental hasta la explicación de palabras como Orc o la etimología de los nombres de los personajes, aunque desgraciadamente esté en inglés:
También es muy recomendable la película Alfredo el Grande, aunque es difícil echarle el guante.
De Bibliografía podríamos hablar largo y tendido, desde las sagas hasta los relatos históricos de Robert E. Howard, pero voy a mencionar dos suplementos de Pendragon que me ha descubierto el compañero Aquilifer:
- Land of Giants: Para llevar a tus caballeros a la mítica Thule (guiño al Príncipe Valiente), o jugar con los paisanos y rivales de Beowulf (¡al Grendel ese también lo hubiera matado yo, que no tenía ni media ostia!).
- Saxons!: Así, con exclamación. Para jugar con anglos, sajones, jutos y demás gentes de mal vivir a los que el bondadoso Rey Arturo permite seguir viviendo en Britania, en vez de deportarlos al otro lado del Estrech... digo, delMare Britanicum.
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