miércoles, 31 de julio de 2019

Crónica III Ludo Ergo Sum 2010

Parece increíble pero ya ha pasado más de un año desde mi visita a las anteriores Ludo Ergo Sum y ya hemos tenido una nueva edición, a la que también he tenido el gusto de asistir. Y no han sido pocas las novedades de este año, incluyendo una nueva ubicación. Las jornadas han pasado de La Elipa a Alcorcón, del este al sur de Madrid. Pero a pesar de los cambios lo básico ha permanecido inalterable: un gran equipo de organización que trabaja con ilusión en muchas y diversas actividades, que abarcaron todas las temáticas típicas de unas jornadas. Así pudimos ver muchas y variadas partidas de rol en mesa, campeonatos de cartas, rol en vivo y juegos de mesa.

Las III Ludo Ergo Sum 2010 fueron celebradas durante los días 17, 18 y 19 de septiembre por una alianza de grupos activistas roleros: “Ars Lúdica”, “Cofradía del Dragón”, “Místicos de Arkat”, “Rolatividad” y “Ocaso del Mundo”. Como en la anterior edición, en esta ocasión también se colaboró con la ONG “Por un Pasito Más”, a la que se donaban los beneficios de las jornadas. Estos beneficios se obtenían mediante la venta de bebidas, las rifas y el mercadillo solidario porque la entrada seguía siendo gratis. Sí, en efecto, podías pasarte tres días jugando a lo que te apeteciera sin gastarte un solo duro y, si te decidías a hacerlo, sabías que los beneficios irían a una causa solidaria. Yo mismo caí varias veces y me volví con algún tesoro encontrado en el mercadillo y combatí la tensión con más de una botellita de agua.

Vista general del local donde se celebraron las LES

La sede de este año, el pabellón M4 de Alcorcón, era sensiblemente más grande y de techo algo más bajo que la sede de la pasada edición, el pabellón de pelota del polideportivo de la Elipa. Esto permitió que siempre hubiera algunas mesas libres durante los tres días, incluso en el pico de asistencia del sábado por la tarde. Aparte de ser más cómodo, también permite dotar a las jornadas de margen de crecimiento, sobre todo teniendo en cuenta que las mesas estaban más separadas que el año pasado. La menor altura del techo contribuyo a disminuir algo la reverberación de la sala comparada con la anterior edición, cosa que se agradece cuando intentas escuchar la descripción de tu director de juego durante una partida. Aunque no nos engañemos, aún era difícil oír algo y muchos directores acabaron roncos. Jugar a rol en el salón sigue siendo más cómodo… pero menos emocionante y variado.
Un reportaje de Aquilifer, 1 de octubre 2010


Vista ángulo contrario del local donde se celebraron las LES


Viernes

Pero dejémonos de datos fríos y pasemos a la crónica en primera persona. Hice tantas cosas en tres días que si no empiezo a contarlas corro el riesgo de olvidar alguna. El viernes fue un día especial por varios motivos. Para comenzar, el año pasado no fui a las jornadas hasta el sábado, por lo que era la primera vez que acudía este día. Además, había cambiado el lugar, por lo que temía perderme como el año anterior y, por último, la organización me había pedido dirigir una partida y la había programado para el viernes. Salí pronto y con ganas, pudiendo comprobar que, a pesar de que la distancia en kilómetros al centro de Madrid era mucho mayor, el tiempo para llegar en transporte público no era muy superior. De hecho, desde Moncloa se tardaba incluso un poco menos. El resultado fue que plante veinte minutos antes de la apertura en la puerta y que fue de los primeros en entrar cuando se abrieron las puertas,

Tuve tiempo para contemplar con cuidado la sala y las mesas antes de que estuvieran en uso y saludar a la gente de la organización que conocí el año pasado. También aproveche para dejar algunos libros en el puesto del mercadillo solidario para venderlos. La organización se encargaba mantener el puesto y cobrar, quedándose el diez por ciento de cualquier venta por la gestión. A pesar de mi paseo, aún era pronto para empezar mi partida de Arcana Mundi, por lo que me uní a un grupo que estaba a punto de aprender a jugar al Axis & Allies desembarco de Normandía. Como en otras ocasiones, las asociaciones organizadoras habían traído una imponente selección de juegos y, no sólo se podía disfrutar de su préstamo gratuitamente, sino que además los organizadores, vestidos con su camiseta naranja, te enseñaban pacientemente como jugarlo… una maravilla vamos. Estuve cerca de una hora aprendiendo las reglas y jugando el primer turno antes que tener que dejarlo para irme a dirigir mi partida. Que agradable es relacionarse entre frikis y cuanto ha cambiado el Axis & Allies en estos últimos años…

En primer plano el mercadillo benéfico y a la izquierda la ludoteca en la que se exponen los juegos que podían tomarse prestados.

Bueno llego el momento de dirigir y la verdad no me faltó gente. Tuve cinco jugadores bastante animados, el máximo que me he había planteado arbitrar. Adapté para la ocasión la aventura introductoria que ya había publicado en este Fanzine “un mar tinto como el vino”. Lo cierto es que tengo sentimientos agridulces de la partida. En el lado positivo, dio la impresión de que los jugadores pasaron un buen rato y la historia llegó a concluirse. En el lado negativo, perdí varios jugadores que ya me habían avisado que no podían quedarse más tarde de las nueve y pude terminar la partida porque los jugadores enlazaron una serie de tiradas críticas casi increíbles. Lo cierto es que sabía que jugar en jornadas es diferente, pero no era consciente de lo distinto que era arbitrar en unas jornadas. De hecho, creo que voy a animarme y escribir un actual play para expresar todas las dificultades y soluciones improvisadas que encontré para dirigir una partida interesante y autocontenida en menos de cinco horas.

En general la tarde fue tranquila sin ser desolada. Según me momento la organización casi 200 personas se acercaron durante la tarde del viernes por las jornadas. Fue un buen momento para ojear los stands de las tiendas y editoriales presentes en la reunión. El stand que me pareció más impresionante fue el de ediciones sombra. Trajeron varias siluetas de los fusilamientos del dos de mayo y forraron la mesa con banderas de Francia y España con motivo de promocionar su juego 1808. En los stands había un poco de todo lo esperable, desde dados a juegos de mesa pasando por cartas. También había cosas curiosas, peluches de dados de veinte o de balones de Bloodbowl, ofertas suculentas o incluso material hace tiempo descatalogado. Me costó meter todos los tesoros que encontré en la maleta, pero no me arrepiento de ninguna compra y tampoco me arruiné. La verdad fue interesante revisar los puestos.

Detalle de los stands, en el que se aprecia la cuidada puesta en escena de Ediciones Sombra.


Sábado por la mañana.

Bueno, tras unas horas de sueño reparador me dispuse a acudir al día grande de las jornadas. Incluso convencí a un amigo con coche para que me acompañara, por lo que llegue en menos tiempo y de nuevo antes de que las jornadas abrieran al público. La verdad es que de viernes a sábado apenas si tuve tiempo para comer, dormir y desplazarme, porque yo intente disfrutar lo máximo posible del amplio horario de 10 a 22. Ya cuando llegue ya había organizadores, que se quedaron dentro cuando me marché. La verdad es que sólo por su dedicación en tiempo hay que quitarse el sombrero ante esta gente, que se volcaron para facilitar que los demás nos reuniéramos y disfrutáramos durante todo el fin de semana. Pero además en la mayoría de los casos lo hicieron con buenas maneras, cosa que no es fácil con la cantidad de gente que llegó a juntarse.

Los esforzados chicos de naranja, los organizadores.

Aproveche que llegué temprano para asegurarme la partida de rol a la que le tenía echado el ojo, que no era otra que la partida de Sagittarius dirigida por su autor, Álvaro Prada. Para mi sorpresa, resultó que ya lo conocía por su Nick: Klapton. No deja de ser curioso poner cara a la gente que conoces en los foros de Internet… y que conozcas a la misma persona por su nombre real y su alias sin relacionarlos entre ellos. Una vez me apunté en la organización y viendo que era el primero, me fui a explorar por ahí. Descubrí una demostración de intrigo, un juego muy sencillo y abstracto de politiqueo en Venecia de lo más entretenido. Uno de esos juegos en lo que es más importante la astucia y las relaciones entre jugadores que la pericia en el juego. De hecho, yo iba claramente descolgado en esta partida y mientras mis dos adversarios se pegaban remonté de forma providencial para hacerme con una victoria in extremis. Lo cierto es que la preponderancia de los juegos de mesa no es casual, se está invirtiendo mucho y haciendo cosas muy curiosas con ellos, como por ejemplo este entretenido juego sin tablero.

Salí de la partida de demostración por los pelos para comenzar la partida de Sagittarius, mientras dejaba a mi acompañante jugando una partida de Colonos de Catán de la ludoteca. Reconozco que me gustó la sesión de Sagittarius, su sistema porcentual tenía algunas innovaciones que me llamaron la atención. Se trató de una historia sencilla con un grupo compacto: éramos una patrulla de la guarnición de una ciudad bajo asedio, que tenía que desentrañar una confabulación para entregar la ciudad al enemigo tras un asesinato. La historia empezaba y terminaba con algo de acción en las murallas, enfrentándonos al enemigo y a los traidores respectivamente. Me agradó probar finalmente este juego, que muy probablemente me acabaré comprando. Álvaro midió perfectamente los tiempos, lo cual nos permitió acabar sin mayor problema para irnos a comer.

Los cinco jugadores y el director de la partida de Sagittarius

Aún en mi sitio durante la sesión tuve tiempo de saludar a gente de la partida de rol por foro de la “USS Heracles” y a otras personas del mundillo como Meroka de rol gratis. En cuanto terminé la partida tuve ocasión de irme a comer con todos ellos. No estaba mal la oferta de comida por la zona de las jornadas. A menos de cinco minutos andando del pabellón había un bulevar con supermercados, cafeterías y algún restaurante. Eso sí, convenía mirar los precios antes de entrar porque había mucha variación. Personalmente acabe en un kebab contando y escuchando las típicas anécdotas de partidas, en especial con los compañeros de la USS Heracles. Me divertí muchísimo jugando, pero sólo por pasar un rato con la gente con la que intercambias mensajes durante todo el año merecería la pena haber acudido.


El sábado por la tarde.

No nos dimos prisa en terminar la agradable sobremesa y, para cuando volvimos al pabellón, nos encontramos un muy buen ambiente. Ya el año pasado el momento álgido fue el sábado por la tarde y, de nuevo, se volvió a repetir la historia. Personalmente continué con el mismo grupo de gente, con el que me enzarce en varios juegos ligeros pero divertidos que nos permitían seguir de cháchara. Fueron varias las partidas de Tsuro y Bang! que jugamos entre más bromas continuando la tertulia de la tarde. Para cuando nuestra reunión comenzó a disolverse, contemple con sorpresa y satisfacción que todas las mesas destinadas a rol se habían llenado. Realmente yo noté un crecimiento de partidas con respecto al año pasado, en las que las mesas de rol acabaron siendo usadas por el resto de actividades. Según datos de la organización, las partidas de rol representaron este año el 37% de las actividades en las que era necesario apuntarse… ¿alguien dijo que el rol estaba muerto?

Hora punta.

El resto de la tarde la dedique a darme una vuelta por las jornadas. Alguien había organizado una réplica de un circo romano y organizó carreras de cuadrigas a escala. Realmente era impresionante contemplarlas. También vi muchas partidas de juegos de miniaturas; como el Warhammer, el Flames of War y algún otro que no identifiqué. Qué le vamos a hacer, las miniaturas no son mi especialidad. Hubo algunos torneos de juegos de mesa y, en una pista de futbol descubierta anexa al pabellón, se llevó a cabo un rol en vivo. Me fue imposible estar en todos lados, por lo que no sé mucho de su desarrollo, pero sí que se vieron algunas armas de gomaespuma por el recinto. También sé que Koña, de Fundación Kaufman, organizó un rol en vivo en mesa acerca de Tim Burton que diseñó para la ocasión… bueno más bien lo diseñó en la ocasión. Lo desarrollo en poco tiempo durante las jornadas. No pude participar, pero, para mi alivio, se programó un bis del mismo para el domingo.

Gran réplica de un circo romano, se me hizo la boca agua.

Mi paseo me descubrió mucha actividad en las mesas, tras cotillear a lo que jugaba a la gente, casi me había decidido a intentar organizar una partida de Thunderstone cuando me encontré con un organizador a punto de comenzar a explicarle a alguien como funcionaba el Formula Dé. Me apunté como jugador, hacía años que no disfrutaba de la pasión de una buena carrera de coches, y me divertí mucho recordando cómo se jugaba. Para cuando terminé de jugar me di otro paseo por el mercadillo y por los diversos stands de las tiendas. Convenía pasar regularmente por el mercadillo, porque siempre había alguna novedad recién aportada por la gente que llegaba. La tarde del sábado fue animada, habiendo gente hasta casi el último momento. Al final se sobrepasaron los seiscientos inscritos antes de la hora del cierre.

En las jornadas hubo un poco de todo, aquí un juego de miniaturas.


Domingo por la mañana.

El domingo ya me costó un poco más acudir a la llamada del hobbie, hasta las diez y media pasadas no llegue a las jornadas. Me había comprometido con Koña para disfrutar de su vivo, por lo que inicialmente no busque ninguna partida. Por enésima vez recorrí el local de las jornadas, que parecían bastante animadas para ser domingo, hasta que me pudo la impaciencia por la tardanza de Koña y me apunté a una partida corta de “Shadow Hunters” con Carlos Plaza. La historia no fue demasiado complicada, como no puede ser de otra forma en una partida de jornadas, pero me permitió investigar el curioso sistema sin dados que usa al tiempo que resolvíamos con nuestros personajes un episodio de posesión. Como suele pasar en estos casos, Koña llegó a media partida a buscarnos, por lo que tuvimos que acabar apresuradamente la partida para apuntarnos en el vivo.

El vivo en mesa de Koña, o partida free-form como diría algún purista, lo jugamos finamente la gente de la partida de Shadow Hunters; Calaboso, autor de Hounted House , y algunos miembros de Radio Telperion, que por cierto también son miembros de la partida de la Heracles ¡qué pequeño es el mundo friki! Era ya algo tarde, pero a pesar de ello disfruté como un enano del vivo… aunque creo que no conseguí del todo interpretar a un personaje tímido. Lo cierto es que la idea de la partida, ser una de las múltiples personalidades de Tim Burton mientras diseñábamos su próxima película durante un sueño fue muy divertida y productiva: lo que salió de nuestras mentes fue lo bastante raro como para ser una película de Tim Burton. Con un poco de suerte podremos verlo publicado en este número del Fanzine Rolero.

La mitad de los participantes en el vivo ya comiendo en el chino.

Terminamos el vivo algo tarde, pasadas las tres de la tarde, así que fuimos a buscar un sitio donde comer. Nos acercamos al chino cercano, donde tras un rato esperando nos pusimos las botas por algo más de diez euros por persona. Pero lo mejor de todo no fue la comida, que no estuvo nada mal, si no la charla sobre el futuro y la viabilidad del rol que mantuvimos antes, durante y después de la comida. La verdad es que es un gusto hablar tanto y tan claro con gente que quiere y ha dado tanto al rol. Personalmente yo llegue a la conclusión de que las cosas no van tan mal y que hay sitio para todas las iniciativas en el futuro de nuestra afición. Ni autopublicación es sinónimo de baja calidad ni querer ganar algo por un trabajo bien hecho es algo censurable. Cuanto más ruido haya mejor, así podremos escoger más y mejor entre todo lo ofertado, sin contar con el hecho de que llamará más la atención a posibles nuevos aficionados.

La otra mitad de los participantes en el vivo y en la "mesa redonda" del chino... Sí, la mesa en la que comimos era redonda.


Terminando.

A nuestro regreso, y para mi sorpresa, el pabellón presentaba un buen aforo. No tanto como el del sábado, pero casi. La gente se había quedado con ganas de más. También se dejaron ver muchos padres con sus hijos. En general se vieron durante todo el fin de semana, pero el domingo me fije más en ellos o tal vez es que había más familias que el sábado. A este respecto, mi admiración a calaboso que llevó a sus dos niñas y incluso un parque para que se entretuvieran. No quise sacar ninguna foto a ningún crio por no molestar a sus padres, pero sí que me animó verlos por allí. Quién sabe, quizás el famoso relevo generacional ya ha nacido y ha acudido a sus primeras jornadas. Me dio envidia de no poder llevar a mis niñas, pero claro, viniendo de fuera de Madrid es más complicado. Aún así me lo apunto, tarde o temprano tendrán que ir algún acontecimiento de estos.

Justo cuando empezaba a dar vueltas sin rumbo tras volver de comer encontré algo más que interesante por hacer. Me encontré con Arturo García, autor de “1936, guerra civil”, haciendo demostraciones de su juego en un mesa cubierta por un tapete verde y flanqueada por una bandera nacional y otra republicana. Ya en la pasada edición de las Ludo Ergo Sum había querido probarlo, pero para cuando me decidí a buscarlo ya se había ido. Este año no dudé tanto y aproveché para sacarme la espinita que me había quedado clavada. A pesar de que ya sabía que era un juego muy correcto y bien documentado en el plano histórico, reconozco que me sorprendió su complejidad y su diversidad. A pesar de ser un juego no coleccionable, con todas las cartas incluidas en el mismo, pude apreciar que cada bando tiene diversas estrategias disponibles y que hay suficientes cartas para diseñar un mazo con estrategia propia. En la demostración me tocó un mazo centrado en comunistas basado en distracción y diplomacia contra un mazo nacional plagado de carlistas y de fuerte pegada. Me resistí, reteniendo Álava y logrando algún éxito diplomático, pero finalmente los nacionales entraron en Madrid y mi adversario consiguió los suficientes puntos de victoria para hacerme morder el polvo. El hecho de que fuera el diseñador del juego quién me derrotó contribuyó un poco a salvaguardar mi ego. En resumen, un juego interesante y rico en detalles, lástima no tener con quien jugar habitualmente para hacerlo más interesante.

Mucha gente aguantó hasta el final para ver la clausura del evento.

Ya no quedaba demasiado tiempo, habíamos vuelto bastante tarde de comer y el cierre del domingo se iba a hacer a las ocho para facilitar la recogida de material. La organización aprovechó para ir retirando poco a poco las mesas a medida que se vaciaban. A pesar de ello aún quedaba una cantidad respetable de público para los sorteos finales, alguna entrega de premios y la clausura definitiva. Finalmente la cifra oficial de asistencia fue de 815 asistentes. Todo un éxito si se tiene en cuenta que se ha mejorado la cifra del año pasado tras un cambio bastante radical de sede. Creo que esta tercera edición ha consolidado estas jornadas en el panorama nacional. De hecho lo espero de forma totalmente egoísta, porque espero poder disfrutarlas durante muchos años.

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