martes, 11 de septiembre de 2018

Reseña: Embelyon JdR

Se trata de un manual pequeño, muy pequeño, pero muy bien pergeñado en su conjunto. Tanto que incluso me atrevería a calificarlo como el mejor manual amateur editado hasta la fecha (2010) junto con RyF, si bien no son del todo comparables. Lo cual es una buena señal. Si lo último es de lo mejor eso quiere decir que se está aún en la senda del avance.


Pero no os vayáis todavía, fans de la crítica amarilla y el marujeo rolero, que ser considerado el mejor de algo no quiere decir que sea inmaculado. Que de eso hay poco como bien nos encargamos de destacar los que hacemos reseñas. Y esta no iba a ser la excepción. Pero con cabeza y desde la moderación, que es como hay que hacer estas cosas. Por José Muñoz.



¿Quién es? La amiga fea

Las mecánicas de Embelyon son una iteración de Microlite 20, una versión ultrareducida del archiconocido sistema d20, como atestigua el hecho de que se distribuya ineludiblemente ligado a la Open Game License. Aquellos que aún no lo conozcais podeis echar un vistazo al link anterior.

En este sentido, Microlite 20 y, por extensión, Embelyon, podría ser considerada la amiga fea del sistema d20: lo tiene todo, pero hipotrofiado a la mínima expresión. Más aún; lo que deja entrever te permite reconocer en él a una pareja con la que podrías aparearte, y vive dios que sabrías como hacerlo. Pero no estás seguro, crees que hay algo sucio en ello... Parece tan fácil.

Efectivamente, sería fácil. Eso es precisamente lo que busca el sistema Microlite 20, pues se trata de un conjunto muy meritorio de simplificaciones llevadas a cabo sobre el sistema de d20 para reducirlo a su mínima expresión. Y lo mejor de todo es que el resultado combina de forma satisfactoria lo mejor de la robustez mecánica del sistema d20, recuperando el sabor añejo del roleo sencillo de aquellos juegos de antaño [1].


Ilustración de Embelyon. Página 18. Una lástima que no haya más, pero tampoco es que hubiera mucho más sitio.


Así que resulta que Microlite 20 no es la amiga fea. A primera vista parece una segundona, pero luego te cuentan que hasta los dieciocho años fue gimnasta profesional en la Rusia soviética y le aplicaron un tratamiento que le afecto al crecimiento. No es fea. Es Svetlana Khorkina. Es bajita y un poco cabezona, y a pesar de no llevar maquillaje tiene pinta de ser muy maja... Claro que si no te gustan las bajitas, y te va más la sofisticación del tacón alto y el maquillaje pues no hay nada que hacer, búscate otra que cumpla esas expectativas¡Next!


¿Tiene buena conversación? Pse

De acuerdo. El sistema de Embelyon está muy bien conseguido, aunque no sea enteramente mérito de sus autores. Ojo, que no es que no tenga trabajo. Se trata sencillamente de que han montado su juego sobre un sistema probado y comprobado (lo bastante como para que alguien se haya interesado en comprárselo). ¿Por qué? Porque cuando no hay que reinventar la rueda, no hay que reinventar la rueda.

¿Qué ofrece entonces de nuevo Embelyon? Teóricamente se trata de su ambientación, que además es la que le da nombre. Se trata de un mundo de corte medieval dividido en cinco continentes que se nos presentan comodecadentes e inhóspitos, asolados por guerras pasadas y conflictos presentes, algunos con más peligros que otros merced a las criaturas que lo habitan.

A lo largo de varias páginas se nos describe a grandes rasgos lo que podemos encontrar en cada región, centrándose principalmente en aquellas características que puedan ser utilizadas como semillas de aventuras, algo muy adecuado al estilo y declaración de intenciones del juego. Pero no todo carece de concreción. Aquellos que necesiten un material más consistente encontrarán además el reino de Spingard descrito con mayor profundidad, mapas incluidos.

Pero no. En su conjunto el mundo de Embelyon no es nada innovador. Está plagado de esos lugares comunes a los que recurre la imaginación de cada cual cuando rememora las partidas pretéritas. Incluso algunos de los nombres juraría haberlos leído en otros lugares, con grafías muy parecidas. Pero, precisamente a esos sentimientos apela desde el comienzo del libro, así que en todo caso haber conseguido despertar esa parte de la memoria puede ser considerado por algunos (como en mi caso) un mérito y no un defecto.


Detalle del mapa (Paginas 20 y 21). Sorprende el acabado en un libro tan artesanal.


¿Se come las uñas? Sí

Y ahora llega el momento de pelearse físicamente con el manual, de echarle un vistazo a las calidades, esas grandes incomprendidas y que son fruto de la mitad de las discusiones sobre si tal o cual manual es mejor o peor, o sobre si se podía haber hecho de esta u de aquella otra manera.

Lo principal que hay que decir es que Embelyon viene servido con una relación calidad/precio (que no precio/hojas) envidiable. Por cinco euros te llevas a casa el manual de juego a todo color con una aventura de iniciación y que gráficamente es muy atractivo, la pantalla del director, que gracias a las virtudes del sistema permite resumir absolutamente todas las reglas, y una chapa. Todo ello presentado para mayor protección en una bolsa de cómic a falta de retractilado, que sería más bonito pero a buen seguro aumentaría el precio por ejemplar. ¡Chapó! [2]

Sin embargo hay que señalar que el manual presenta algunas características que podrían ser calificadas de defectos que denotan la falta de medios, que no de profesionalidad, a la hora de su impresión. Es importante destacar que muchas de estas características son consuetudinarias al hecho de ser autoeditado, pero merece la pena comentarlas no como demérito del manual, sino también como posible aviso a futuros navegantes en las aguas de la autoedición, porque estoy seguro de que a ninguno de los autores se les habrán pasado esos detalles.

Para empezar las hojas del manual hacen esa "V" característica en del encuadernado en grapa cuando no se guillotina a posteriori el lado de apertura. Esto se debe a que en el doblado las hojas interiores quedan apolladas en el lomo sobre las exteriores. Pero eso lo arreglas con una guillotina y paciencia - Dirán los más avispados. Pues de eso nada, una guillotina manual para un trabajo tan fino haría dobleces e incluso rasgaría los pliegos en el proceso de intentar igualarlos. Como mínimo necesitas una guillotina de las que se utilizan en las copisterías.

El mismo proceso de guillotinado manual, que si se ha aplicado las hojas para conseguir una impresión a sangre (o sea, hasta el mismo borde), hace que las hojas muestren en los bordes una serie de muescas blancas que afean ligeramente el resultado final. Este tipo de problemas con las impresiones a sangre son los que me quise ahorrar en su momento con Historias de Darakkia, y eso fue el motivo por el cual no utilicé marcos impresos a sangre ni muchas complejidades que entraran en conflicto con el posterior guillotinado, que en este último caso no es manual.

¿Quiere decir eso que está mal hecho? Ni mucho menos. Quiere decir que se han tomado una serie de decisiones que una editorial al uso no tiene que plantearse tomar porque cuenta con medios profesionales (y cobran precios de profesionales):
  • Hay que reducir tamaño ofreciendo el máximo posible de contenidos sin que salga demasiada joroba al manual con el encuadernado de grapa.
  • No podemos guillotinar una vez grapado para quitar la "V" porque va a ser peor el remedio que la enfermedad.
  • Si queremos una impresión en color a sangre, que da un aspecto genial al libro abierto, tenemos que soportar las muescas en el borde de las páginas en blanco sobre negro.

Y todas estas decisiones me parecen acertadas. Y aún cuando no me parezcan las más acertadas, me parece razonables. Como ya he dicho en más de una ocasión: ¡Que más quisiera yo que haber podido presentar una edición de Historias de Darakkia en las mismas condiciones que se nos presenta esta de Embelyon! Y no hablemos de la pantalla, que dejando de lado el hecho de que el doblado es un poco desigual (algo que también he podido ver en pantallas profesionales), presenta un acabado soberbio al que sólo se le podría pedir un poco más de grosor (pero no mucho más, que en eso también anda a mano con otras pantallas profesionales)


Entonces, ¿le entro o no?

Resumamos, que la cosa viene siendo muy extensa para un manual tan pequeño, pero es que merece la pena examinarlo en detalle para comprender realmente el verdadero trabajo que hay detrás de una publicación amateur, porqué se hacen las cosas como se hacen y comprender cual es su público objetivo.

Si se trata de tu primera experiencia, no es la mejor pareja que podrías escoger, pues encontrarás que va a lo que va y no se pierde en preliminares ni tiene tiempo para explicarte cómo se hacen ciertas cosas. No vas a encontrar explicaciones sobre como preparar partidas o como dirigirlas. Se te va a dar un marco de reglas y una aventura que a veces de simple pasa a ser un tanto inconexa y con eso te las vas a tener que apañar. Mejor llévate a un colega con experiencia que te de un par de consejos.

Pero si ya tienes algo de experiencia, Embelyon está hecho para tí. Tenemos un manual de una claridad meridiana a nivel expositivo, salvo por una única menudencia (se menciona la diferencia entre las acciones estándar y de turno completo por no es explica en ningún sitio) y, quizás más grave, algún que otro fallo ortográfico [3]. Embelyon sabe lo que quieres y está dispuesto a dártelo.

Ya lo demás corre de tu cuenta. Tienes los principales pros y contras para entrarle a la rusa o para cambiar de objetivo sobre la mesa. Si lo haces o no, es algo que vas a tener que decidir por tu cuenta, pero un buen comienzo puede ser descargarte el manual de la página oficial, que es gratis en versión pdf.

Por mi parte, que soy irracionalmente alérgico a los dados d20 desde que me sobresaturé tras la última campaña de dos años y medio de AD&D, lo he comprado porque me parece un producto sobresaliente en su conjunto y creo que va a ser la próxima partida que juegue en el Día del Dungeon Master.

¡Toma ya! Eso si que es un casco old school


Notas:

[1] Personalmente opino que el hecho de que el sistema Microlite 20 resulta tan robusto y jugable en su conjunto, refuerza en cierta manera lo expresado por los autores en introducción del juego. Sin embargo, dejo adrede fuera de esta reseña la cuestión de la introducción porque de ella ya se ha hablado demasiado. ¡Uy! Ya lo he dicho. No me lo tengáis en cuenta.

[2] Que si. Que la susodicha interjección existe en castellano y no hay que usar necesariamente de grafía francesa.

[3] Recuerda que es rusa la pobre.


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