martes, 30 de abril de 2019

Mi Gran Campaña de Pendragón (Parte II): Personajes

Relato experiencia con la que creo que es la obra maestra de Greg Stafford, co-autor de Runequest, BRP (Basic Roleplaying) y Pendragón, entre otros. Hoy nos centraremos en la creación de personajes, una experiencia interesante por sí misma. Relájate un rato y contempla a los caballeros que protagonizan la historia. 



Una crónica de una partida. Por Aquilifer 


Como crear caballeros de leyenda.

Vuelvo a la carga con las historias de mi Gran Campaña de Pendragón, tal y como amenacé durante la última portada lunar. Tras haber esbozado un poco el panorama de la campaña con breves descripciones del autor y de las reglas del juego, toca centrarnos en el primer requisito ineludible para poder jugar: crear los caballeros. Sería un poco difícil jugar a la tabla redonda sin llevar a un Sir Algo, ya sea gallardo o zafio, cristiano o pagano. Como ya se comentó en el último artículo, Pendragón es un juego por y para caballeros. Esta es su gran fortaleza y su gran debilidad.  Por un lado esto le permite dar algo en común al grupo y dar multitud de detalles de trasfondo para los personajes (su dominio, su escudo de armas, la historia de sus antepasados) pero al mismo tiempo limita mucho el tipo de personaje que se puede jugar. Podremos aplicar todas las capas de pintura y accesorios a nuestro alter ego, pero lo cierto es que la base siempre será un guerrero a caballo. Si no te resulta interesante este no es tu juego, fin de la historia.

Pero eso tampoco implica que el libro sea inflexible, al fin y al cabo se trata de conseguir que la gente se divierta. Como ejemplo de ello no evita el tema de las mujeres caballero, incitando al grupo a decidir hasta qué punto son comunes y dando varios ejemplos históricos de su existencia, entre los que se incluyen a la famosa Juana de Arco y a las mujeres de una ciudad aragonesa en una curiosa anécdota histórica que desconocía. A pesar de que el entorno de partida se pueda adaptar a los gustos de nuestro grupo, lo que si hay que tener claro es que el tema y el tono de las historias es algo más rígido. Podremos elegir si nos pareceremos a Mordred, a Galahad o a Lancelot; pero no seremos magos al estilo de Merlín ni damas como Morgana o Ginebra. Es más, en el libro básico sólo se contempla la posibilidad de que nuestros personajes sean originarios de un condado concreto de Gran Bretaña: Salisbury. Aunque podría parecer una sinrazón, este origen limitado favorece la coherencia de la Gran Campaña de Pendragón.
Existe un suplemento del juego, Book of Knights and Ladies en el que se amplían los orígenes geográficos de los personajes y se desarrolla la posibilidad de jugar con damas. Desgraciadamente, aún no he tenido fondos para hacerme con él.
A lo largo de este artículo iré contando como crearon mis jugadores sus caballeros. El sistema creación de personajes de Pendragón, al contrario que en otros juegos más recientes, es necesario realizar una serie de tirada aleatorias, por lo que es recomendable hacer todos los personajes a la vez, con el grupo de juego envidiando o cachondeándose de las virtudes y desgracias de las tiradas ajenas. No hay que preocuparse en exceso, la parte aleatoria solamente determina aspectos secundarios del personaje, como el número de familiares o su sexo. Nadie nos impondrá nuestros niveles de atributos o de habilidades, así que podremos llevar el tipo de personaje que queremos; aunque con algunas peculiaridades que favorecerán que el director de juego pueda lanzar ganchos de partida a sus jugadores, así que todo el mundo gana. El juego también presenta dos sistemas para determinar el estatus inicial del personaje: una simple tirada de gloria inicial y una larga serie de tiradas, año por año que describe la historia familiar de los personajes desde sus abuelos, justo después de la caída del Imperio Romano. Ni que decir tiene que yo recomiendo usar esta última.



Morians le Verrat
Un cristiano británico enorme y algo rústico.
Desarrollando el concepto y la forma de ser del personaje.

Una vez marcados algunos detalles, como el nombre (hay una interesante lista de la época) y algún epíteto dependiente de sus características físicas o familiares; nos metemos en harina con las estadísticas. Los datos de origen son inmediatos: lugar de procedencia Salisbury y cultura natal britana. El proceso de creación continúa, como buen juego clásico, con una tirada aleatoria para determinar el dominio del personaje. (algunos de mis jugadores han localizado sus dominios gracias a Internet y siguen siendo aldeas y pueblecitos ingleses. ¡El subidón que les dio!). La edad recomendada son veintiún años (la edad óptima para ser armado caballero), aunque se puede envejecer algún año el personaje (ganado algo de experiencia en el proceso) a costa de que el resto del grupo se meta con tu escudero patoso por tardar tanto en ser armado caballero. Eso sí, cuidado, en la Gran Campaña el tiempo pasa deprisa y sus secuelas se dejan ver. Envejecer antes que los demás miembros del grupo puede no ser la mejor opción.

El siguiente paso es menos aleatorio. Se trata de explotar uno de los recursos más brillantes de Pendragón: los rasgos de personalidad. Se tratan de trece pares antagónicos, que indican la forma de ser del personaje hasta el momento; aunque nada impide que pueda cambiar en un futuro. En un principio todos los valores están a diez. Los personajes deben elegir primero su credo (hay tres opciones: cristiano británico, cristiano romano y pagano), que determinarán su moral y por tanto su personalidad. En total la religión del personaje eleva cinco rasgos de valor diez a trece y reduce los cinco contrarios a siete, ya que la suma de ambos valores antagónicos tiene que sumar veinte.  Así, lo que para unos es una virtud (la castidad cristiana por ejemplo) para otros es un defecto (los paganos ven la lujuria como algo natural y deseable). Pero no todo queda a expensas de la  religión, cada personaje puede elegir subir un rasgo a dieciséis, un arma de doble filo. Por un lado un nivel tan alto será (y nos hará) famosos, por otro un rasgo tan alto sí que empieza a marcar el comportamiento del personaje: no es tan fácil dejar de ser un fanático.

En mi partida me junté con cuatro buenos amigos y nos divertimos un buen rato quedando todos para hacer los personajes. El primer personaje que tiró, Morians le Verrat ("el jabalí" en francés, juego de palabras con su escudo de armas y su gran tamaño y fuerza), obtuvo el dominio de Cholderton, eligió ser cristiano británico y es famoso por ser misericordioso. El siguiente fue Gilbert le petit lion: señor de Idmiston, cristiano romano y conocido por su gran energía. El tercero fue Bolvar de Stoke (que toma su nombre de Winterbourne Stoke, su hogar): orgulloso seguidor de las viejas costumbres paganas y renombrado por ser justo.  Finalmente, Eliot de Pitton, señor del lugar del mismo nombre, de fe cristiana britana y cuya misericordia es su mayor virtud. Todos ellos, sólo por ser caballeros, también tienen el rasgo de valor a nivel quince.


Gilbert Le petit lion
Un cristiano romano heredero de una estirpe de héroes.
Los números acaban de definir el personaje.

Pero Pendragón tiene aún más mecánicas para ayudar a los jugadores a interpretar. Así, mientras los rasgos son comportamientos generales, las pasiones marcan su reacción ante las cosas más concretas. En la época de Arturo, se suele tener un especial respeto por cuatro creencias muy extendidas: el honor (un caballero vale lo mismo que su palabra), el amor a su familia (es un mundo duro en la que la sangre es más espesa que el vino), la hospitalidad (única forma de poder viajar y obtener noticias de tierras lejanas) y la lealtad al señor (fuente de todos los bienes y privilegios del caballero). Además, Britania está en guerra constante, por lo que casi todos sus habitantes tienen un odio feroz a los invasores sajones.  Todos los personajes del grupo tenían estas cinco pasiones al comienzo de la partida.  

Lo siguiente es decidir los Atributos físicos. Los personajes tienen sesenta puntos para repartir en Tamaño, Destreza, Fuerza, Constitución y Apariencia, añadiendo un bono racial de tres puntos a la constitución por ser britanos. Ningún atributo físico puede ser menor de cinco y el tamaño no puede ser inferior a ocho. Con esos atributos primarios se calcularán los atributos secundarios: el Daño, la velocidad de Curación, el Movimiento, los Puntos de vida y el umbral de Inconsciencia. Morians resultó ser un tipo fuerte y grande; del equilibrado Gilbert sobresalía ante todo su constitución; Bolvar era grande al tiempo que resistente y Eliot tenía una constitución a prueba de bombas. Sus respectivas apariencias les dieron algunos rasgos característicos, como sonrisa ausente, canas prematuras u ojos profundos.

El siguiente paso es determinar las habilidades. El ser escudero, el rango inicial de los personajes por cierto, les dota con las habilidades básicas del oficio de caballero. A parte de esas, podemos escoger una habilidad de las típicas de los caballeros y ponerla a nivel quince, para despuntar en algo. También podemos escoger tres habilidades que no sean de combate y subirlas a nivel diez. Finalmente, hay una especie de puntos libres para acabar de personalizar la ficha pudiendo mejorar atributos, rasgos, pasiones y habilidades. Si queremos ser más viejos (en mi grupo sólo Morians tomó esa opción y optó un solo año más), ganamos unos pocos puntos libres más. Eliot es conocido por su cortesía y por su manejo de la espada. Bolvar, por su parte, es un gran jinete, guerrero y espadachín. Gilbert es otro combatiente muy capaz y, finalmente, Morians es un gran cazador a la par que espadachín y se maneja bien con la lanza de caballería.


Bolvar de Stoke
Un apasionado pagano que aspira a héroe.
Los personajes se redondean con algunos datos como la Gloria, que en el sistema de creación básico es una mera tirada. El escudo de armas, que parece una chorrada pero da mucho color (qué se lo digan a las ilustraciones de este artículo sino). También se aportan datos graciosos como el equipo básico (igual para todos los jugadores), una herencia especial (un objeto que da color, vamos) y la virtud familiar, determinada de forma aleatoria y que da un bono a una habilidad (entre los personajes jugadores se sumaron a cetrería, atención, intriga y seducción). También se detallan el número  de caballeros con lazos de sangre, otros hombres de la familia, e incluso la milicia del propio dominio. 
Gracias a un página web gratuita los personajes se han podido hacer sus escudos heráldicos y el director ha podido darle algo de chicha a los PNJs, recomendado para todos los directores de juegos de caballeros. Entre ellos Pendragón y Canción de Hielo y Fuego. Además deja exportarlos como imagen y como pdf.

¿Y tú de quien eres?

Comentaba antes que hay una forma más detallada de calcular la gloria inicial de un personaje y en realidad es algo más que eso. En lugar de calcular la gloria que hereda el personaje de su padre según la posición que este heredó de su abuelo con una tirada abstracta, vamos a realizar el historial completo de abuelo y padre casi año por año. Para ello utilizaremos un capítulo entero de tablas que viene en el libro para definir el papel de los ancestros de los personajes en el pasado de Salisbury y de Inglaterra. Con ellas y un dado construiremos la base de la saga familiar.

El imperio romano se retiró de la isla sobre el 410 d.C. por lo que los personajes son los herederos directos de la primera nobleza local surgida tras su marcha. Sus ancestros habrán luchado en batallas, servido como guarnición, enfermado, engendrado y muerto para dejar paso a la siguiente generación. Al realizar las tiradas damos una profundidad increíble al personaje, que no sólo sabe el nombre de su abuelo sino que puede contar batallitas de él. Es una parte optativa, pero para mí que el que no la use se pierde una parte importante de la experiencia de juego. 

Comenzaremos narrando la gloriosa historia de la familia de Gilbert, le petit lion. Su abuelo, Gouter, fue nombrado entre los miles (uno entre mil) por el consejo de Britania para encargarse de la defensa de la isla. Tras luchar en la batalla de Carlion contra los invasores pictos y pasar dos años sirviendo en una guarnición, dio su vida valientemente intentando, infructuosamente, salvar al Alto Rey Constans en el 443 d.C. Afortunadamente, dejó a un hijo para continuar su legado: Gern. Ordenado caballero en el año de nuestro señor de 460, el padre de Gilbert sirvió de guarnición, realizó incursiones, formó parte de la fuerza expedicionaria Britana a Frisia y luchó en las batallas de Cambridge, Carlion, Windsor y Salisbury. Finalmente, cayó gloriosamente en la derrota de Eburacum, cubriendo a sus compañeros para que pudieran huir y, más tarde, contraatacar.

La historia de Bolvar de Stoke no es menos interesante que la anterior, aunque quizás menos épica. Su abuelo, Drovent, murió joven en la primera batalla de Carlion, en el 439 d.C. Afortunadamente su hijo Cedrick heredó sus posesiones y títulos. Tras servir en una guarnición durante su primer año como caballero, el padre de Bolvar luchó en la batalla de Cambridge y, tras la infame noche de los cuchillos largos, donde los sajones traicionaron la sagrada costumbre de la hospitalidad, se casó con una de las numerosas viudas y recibió de ella sus tierras. Pronto tuvo que volver a luchar en la segunda batalla de Carlion y de nuevo en Snowdon, persiguiendo al rey traidor Vortigern. Tras la caída de este, Cedrick combate bajo las órdenes de Uther, hermano del Pendragón, en incursiones en territorio sajón. Tras eso se centra en defender sus tierras, muriendo en el año 473 durante una incursión sajona.


Eliot de Pitton
Carismático caballero de Salisbury.
Poco sabe Morians le Verrat de su abuelo, Moris. Siendo aún joven murió en el año de nuestro señor de 439 durante su primer año de servicio a su señor en una guarnición. Fue por tanto a su hijo, Morens; a quién le correspondió cimentar la tradición familiar. Tras ser ordenado caballero, lucho en la batalla de Cambridge. Un año después se casó con una viuda de la noche de los cuchillos largos, convirtiéndose en señor de Cholderton en el proceso. Durante años sirvió a la causa britana: luchando en Carlion, Snowdon y Salisbury, así como guardando las fortalezas y participando en incursiones en territorio enemigo. Pudo asistir a la coronación de Uther y escapó con vida de la derrota en Eboracum, para después caer en combate durante el exitoso contraataque de Damen. 

Por último, pero no por ello menos importante, está la saga de Sir Eliot, del cual hereda el nombre su nieto, el señor de Pitton. Lamentable su vida fue poco reseñable. Defendió los territorios de su señor desde que fue armado caballero hasta su muerte en combate, un lustro después. La historia de su hijo, Elias, fue algo más interesante. Tras ser armado caballero permaneció guarneciendo la retaguardia, hasta que la masacre de nobleza en la noche de los cuchillos largos le permitió convertirse en un caballero con tierras mediante matrimonio. Elias participó en incursiones contra el territorio sajón así como en la batalla de Snowdon. Finalmente, sus días tocaron a su fin en la batalla de Cambridge.

Conclusiones

Tras haber probado el sistema de creación de personaje he de decir que no es ninguna novedad. Me resulta más cercano al estilo de creación de personajes de Elric o de La Llamada de Cthulhu que al de juegos más modernos o indies. Pero no por usar métodos antiguos está anticuado. El diseño del juego hace que el personaje salga con una forma de ser muy desarrollada gracias a los rasgos de personalidad y a las pasiones. Por otro lado, si se usan las reglas opcionales de familia, genera un cierto apego al pasado del personaje y que este tenga un sentimiento de pertenencia a sus tierras. No tanto por haberlas heredado, que eso no es tan raro en el rol, sino porque durante el proceso de creación de personaje queda un boceto de los ancestros de los que hereda esas tierras. La hoja de papel es la de siempre, pero el personaje es algo más que números desde antes de comenzar la partida. Es un sistema de creación apasionado y cálido.

Sin contar con la facilidad para relacionar a los personajes entre ellos habida cuenta la cantidad de batallas y sucesos que han compartido sus padres y abuelos. No hay reglas de creación de personajes conjuntas ni obligación de hacer los personajes en grupo. Aún así nosotros nos reunimos para hacerlos entre todos y el resultado fue muy bueno. A parte de pasar una buena tarde bromeando con lo que le salía al otro y pasándolo bien mientras nos enterábamos de que iba eso de las invasiones bárbaras de Bretaña, también se consiguió que cada uno se sintiera identificado con su personaje. El nombre y localización de su dominio es único, la historia de su abuelo y su padre distinta a las demás. Incluso antes de empezar la partida los jugadores no tenían ninguna gana de arriesgar sin motivo a su valioso personaje, porque era tan especial que su muerte sería una pena. Un sistema perfecto para fomentar las sagas familiares, tan necesarias en un juego con personajes  de varias generaciones como este.



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