Presenta la segunda parte de Milagros de Ablaneda, hallándose [aquí] la primera. Ocho milagros más para distraer los ocios de vuestras mercedes. Pronto, con los nueve que faltan, no desesperen, mas tampoco dejen los días pasar en vano y pongan en ejercicio cuantas ideas les son ofrecidas.
Por Khazike.
Por Khazike.
Nota del Editor: por cierto, antes de seguir leyendo, si esto te pilla de nuevas, puedes hacerte con el manual de rol de forma gratuita y completamente legal [aquí]
IX El clérigo ignorante
Poco ha que el obispo de Castro de la Reina llamó a su presencia a un sacristán de una cercana iglesia y reprendiole severamente por su necedad, no sabiendo decir más que una misa. Teniéndolo frente a él y dándole conversa se encontró ante la profunda estulticia del clérigo, y por ella le echó de su cargo.
Quiso el destino que la única misa que el pobre sacristán cantar supiese no fuese sino una dedicada a la Virgen. Esta, sabiendo de lo acontecido a su servidor, se lo tomó como algo personal; en la noche oscura se apareció al Obispo y le espetó airada que si no devolvía al sacristán a su puesto en un plazo de tres días, encontraría su saña y la muerte.
El obispo, asustado desde la mitra hasta las plantas de los pies, se levantó en el acto y dio orden a toda voz de que le trajeran al sacristán en ese mismo momento. Por desgracia para él, el repudiado clérigo había desaparecido lleno de pesar al poco de ser expulsado de su capellanía y nadie había vuelto a tener nuevas de él.
El Obispo ofrece fuerte recompensa (en bendiciones y oro) a aquel, quienquiera que fuere, que se lo traiga vivo, y no ha dudado a recurrir además a sus contactos con el Capitán de la Ronda. ¿Dónde andará el pobre infeliz?
X Los dos hermanos
En casa del más alto prelado del cabildo de Yerbosera no se halla la calma ni el reposo desde hace ya un mes. Del día a la noche encuéntrase vigilada por hombres de armas, muchos criados comienzan a tomar mejor destino y, lo peor, todas las noches llegan de ella sonidos tan terribles que parece que se estuviera librando feroz batalla en sus estancias. Los vecinos hállanse molestos y eso en modo alguno favorece los negocios de la bulliciosa urbe, de modo que la Ronda se ve de un modo u otro teniendo que intervenir.
Puede que al principio los interfectos se muestren reticentes, como es natural en el carácter de los habitantes del condado, pero a fuerza de insistir (pues gran fuerza es el ser cansado y no rendirse) los ronderos sabrán esto: tanto el padre Pedro, señor de la casa, como su hermano Esteban llevaban años ambos a dos pecando de la más exacerbada codicia: usando y abusando de su poder (divino y económico respectivamente) para hacerse con posesiones y tierras incluso a expensas de iglesias y monasterios. Pero Esteban dejó este valle de lágrimas hace ahora un mes; pero solo en carne pues por sus pecados se ha convertido en un ánima atormentada que todas las noches se aparece a Pedro para insistirle en que abandone la vida criminal y errada, devuelva todo lo robado y se reforme para no acabar como él. Mas su hermano, lejos de querer escucharlo, intenta por todo medio alejarse de su perturbadora presencia.
¿Qué se oculta detrás de estas apariciones? ¿Realmente es el ánima redimida de Esteban la que embruja la casa? ¿Es una vulgar treta de los mercenarios para seguir cobrando su sueldo? ¿De los criados para distraer a su señor mientras se dedican a otros menesteres poco gustosos de su amo y puede que del común de los cristianos? ¿De aquellos a los que los hermanos robaron para recuperarlo por medio de la caridad sin que de nada se sospeche? ¿De un demonio que tiene fines incomprensibles para los mortales? ¿Todo a un tiempo? Solo los ronderos podrán averiguarlo, con suerte.
XI El labrador avaro
Antón Núñez era un vecino del pueblo de Villarga, humilde labrador y consumado ladrón. Poco a poco cambiaba de lugar los mojones, de supina manera, ganando tierra a sus vecinos sin notar estos apenas la falta. Un día al fin murió rico, pero sin heredero ni familia. Y lo que le aconteciera en el otro mundo no es tan interesante como lo que ocurrió en este en su ausencia.
Entre sus vecinos por fin se supo del engaño y decidieron recuperar cuanto fuera suyo con intereses por las molestias. Pero el Diablo todo lo tuerce y más cuando se interpone el yantar, y los vecinos de Villarga pronto comenzaron a discutir sobre dónde debía ir tal o cual mojón o por quitarme aquestas o aquellas pajas, hasta que la cuestión ha derivado en auténtica batalla campal entre los labradores por un terrón más o menos que labrar.
Pronto se empezó a oír la muy oída frase hecha de aquellos que tienen poder en Ablaneda: «que se ocupe la Ronda». Por desgracia la Ronda parece estar más ocupada de lo normal y el Capitán cuenta hombres para mandar una sola patrulla a estudiar el terreno y poner remedio a los tuertos que allí se dan: dos familias de labradores apunto de enzarzarse a cuchilladas, mercenarios sin escrúpulos contratados por otras, rondadores nocturnos, el que la cabeza de uno de los ancianos más respetados del lugar aparezca cortada sobre un mojón sin que nadie se explique por qué, cuándo ni cómo…
XII El prior y el sacristán
Un asesino ronda por los pueblos del Valle de las Minas. Se desliza entre las sombras de la noche, estrangula a sus desprevenidas víctimas y se lleva como trofeo alguna de sus vísceras o huesos, siempre distinto. Ya han acontencido once desgracias y los mineros del lugar están asustados y la extracción de hierro se enlentece. El Alcalde de Yerbosera permitirá sobre su cadáver que eso pase y menos si no le cuesta más que enviar a la Ronda a ver qué acontece por esos pagos.
Aunque los desdichados ronderos aún no lo saben, el asesino es sacristán de un monasterio de las montañas cerca de las pequeñas aldeas de mineros y está haciendo todo este mal contra su voluntad; obedeciendo las órdenes del ánima del antiguo prior, pasado a mejor vida hace un año... Pero no es oro todo lo que reluce. Puede que realmente sea el prior o quizá una fantasma malvada que ha adoptado su forma. O puede que simplemente el pobre sacristán esté no esté en sus cabales y haya que extraerle la piedra de la locura. En cualquier caso, ¿para qué serán necesarios tantos trofeos de sus matanzas?
XIII El nuevo obispo
En mitad del Campo ojanco, acariciados por las aguas del Fridagua, se están excavando los cimientos de una catedral. La construye Blas de Torres, el hereje que se ha declarado nuevo obispo de Ablaneda, y que dice haber sido elegido por la Virgen en persona para dirigir a las almas descarriadas del condado.
Meses ha no era más que un humilde pastor de cabras hasta que un par de clérigos viajeros y truhanes le engatusaron para hacerle que tenían encomienda de la Gloriosa para buscarlo pues él debía convertirse en el nuevo obispo, reunir seguidores e instarles a donar todos sus bienes para que ellos los repartiesen entre los pobres. El turbio asunto fue mejor de lo que los dos goliardos se esperaban cuando el pobre Blas resultó un líder y orador nato y un hombre de firmes convicciones... que asegura mantener contacto directo con Nuestra Señora, que se le aparece en sueños.
Ahora, acompañado tan solo de un centenar de niños de no más de trece años, ha empezado a construir una ciudad santa nueva y pura donde la Virgen misma se lo ha señalado. Además en su osadía ha enviado emisarios a Castro de la Reina para pedir al Obispo y todos los grandes ministros de Dios en el condado que depongan sus cargos y se unan con él en la alegría de la Nueva Jerusalén que levantarán y en la vida humilde de rezos y abstinencia. El Obispo preferiría dejarse desollar antes que eso.
Puede que la Ronda solo pase por ahí porque Dios lo quiso o que la haya enviado alguien preocupado y que no quiera que la milicia del condado, acuciada por las peticiones del episcopado, arrase el imposible proyecto de Nueva Jerusalén y ajusticie al hereje poniendo en peligro a los niños, o puede que se teman que tanta actividad en mitad del Campo ojanco puede atraer visitantes inesperados... Igual que puede que, una vez allí, a los ronderos no les parezca mal hallado lo que pretende Blas comparado con la vida disoluta de los clérigos ablanedenses... O puede que ni les venga ni les vaya.
XIV La imagen respetada
Años ha, un pequeño monasterio a orillas del Naveo fue pasto de las llamas cuando un fuerte rayo lo hirió. En el edificio de madera nada resistió el fuego: ni muebles ni libros, solo por milagro todos los monjes pudieron escapar a tiempo de las llamas. Pero cuando el fuego al fin paró y el humo se disipó, entre las cenizas y los restos ahí seguía la imagen de la Gloriosa con su hijo en brazos que había presidido la iglesia del monasterio, como si nada hubiese ocurrido, majestuosa, sin que el fuego la hubiese rozado siquiera. Los lugareños, incapaces de alterar su majestad, construyeron una nueva capilla a su alrededor sin atreverse a moverla.
Se dice que la imagen respetada puede conceder favores a todo aquel que acuda a su capilla y bese sus pies con devoción y entrega. Pero cuidado, pues la Gloriosa otorga sus bendiciones a quienes realmente las merecen y no a aquellos que las reclaman egoístamente, y puede que si os humilláis ante ella con el alma sucia de codicia haga caer males sobre vos. A algunos de estos impíos incluso ha llegado a hablarles y encomendarles una tarea de forma que, hasta que no sea cumplida, las desgracias no remitan.
XV La boda y la Virgen
No mucho atrás vivía un rico heredero de una familia de comerciantes de Yerbosera. Era en gran manera piadoso y devoto de la Virgen. Mas, una vez su padre dejó este valle de lágrimas, la familia instole a tomar nupcias y engendrar hijos para que la fortuna familiar no cayese en perdido. Él, que tanto amaba a la Gloriosa, se mostraba reticente, pero siendo el único hijo no halló más salida que ceder a las exigencias del siglo.
El día de la boda, mientras iban de camino a donde iba a celebrarse el enlace, el novio se sintió turbado y entró en la primera iglesia que halló a orar. Para su sorpresa, allí mismo se le apareció Nuestra Señora y le echó en cara haberla repudiado por una mujer mortal. El hombre fue incapaz de responder y al cabo salió de la iglesia, más turbado de lo que antes entró. Aunque casó al fin y la ceremonia fue sin contratiempos, cuando se halló con su mujer en el lecho nupcial no pudo aceptarlo y huyo para no volver a ser visto.
Nadie volvió a verlo, pues la propia Virgen debió interceder para que no fuese hallado, y todos asumieron que se había retirado a un monasterio alejado donde llevaba una vida tranquila de oración. A nadie se le ocurriría pensar que ese joven acaudalado es ahora un miembro de la Ronda inscrito con nombre falso, taciturno y que solo parece tener apego por una pequeña medalla de plata con el rostro de la Gloriosa.
XVI El niño judío
Un párroco de una iglesia de Yerbosera acude muy preocupado a los cuarteles de la Ronda afirmando que un niño ha desaparecido. En sus propias palabras, el infante era un hijo de judíos que solía jugar con los niños a los que él impartía el catecismo. Normalmente la ronda no se preocupa de los problemas de los judíos, pero el buen padre asegura que el niño oyó misa, se dejó bautizar y tomó la sagrada forma por lo que, siendo cristiano, es problema de los cristianos encontrarlo esté donde esté.
El sacerdote sospecha sobre todo del padre del niño, cristalero de profesión, que bien podría haber montado en cólera por la repentina conversión… Pero es solo una hipótesis y los ronderos apenas se hallan con más pistas que ni él ni sus niños han vuelto a verle y, si todo ablanedense es cerrado por naturaleza, puede que no llegue la harina para sacar pan de la judería de Yerbosera…
Puede que realmente el padre sea el asesino y arrojara el cuerpecito del pequeño al fuego de su horno en un arranque de ira. Puede que haya sido secuestrado por cualquier otra razón. Puede que haya sido devorado por un ser que ronda en la noche. O puede ser que simplemente se haya fugado y se esconda en las calles atemorizado de su padre.
Sólo escribo para comentar que este artículo, junto con el anterior, nos han parecido muy interesantes y que, por ello, lo hemos incluido en la sección de Sótano Exterior de la revista Desde el Sótano para que así también lo puedan conocer sus lectores.
ResponderEliminarNos gusta compartir los contenidos de calidad de internet, gracias por crearlos.