miércoles, 3 de diciembre de 2014

Queridos Cultistas: PJ en sociedades secretas como motor de partidas

Un artículo guía para montarse campañas de terror que giren en torno a una sociedad a la que pertenezcan y de la que se conozcan los integrantes del grupo de PJ. Por Alex Werden (1 de septiembre de 2009)
Es el momento clave de toda la campaña. Los PJ, armados hasta los dientes y con el grimorio oscuro bajo el brazo, van a entrar en la cripta donde aquello tiene lugar. Lewis, el marchante de arte que sólo supo ser un acaparador egoista, mira con respeto a su aliado, Mark, el detective privado borrachín que nunca se sintió vivo desde el crimen de la 42. A sus espaldas les cubre nervioso Marvin Lepowsky repasando el hechizo para abrir el portal, un hombre que pensó que todo lo que podía depararle de malo la vida era la calvicie hasta que los horrores prehumanos le hicieron cambiar su vida como fontanero.... Un momento, ¿fontanero?

¿Qué demonios hace un fontanero calvo cobrante del paro con un detective privado violento y un sibarita intermediario en la adquisición de obras de arte. Bien, y eso que no hemos explicado lo de mi personaje: Brenda, stripper adicta al sexo sin diagnosticar fugada de un hogar sin amor en Ohio donde recibía abusos de...

Sí, a veces nos pasa esto. Sabemos cómo se conoce el grupo de PJ. Lo más sencillo es que andaban por allí casualmente cuando ocurre algo que cambia sus vidas para siempre y les hace tomar partido contra el horror o unirse temerosos para intentar atesorar sus propias vidas. Es un problema endémico de los juegos de terror. Los jugadores quieren unir a sus PJ, en partida se hace algo plausible para ello, pero hay veces en que la verosimilitud tiembla no porque Gosher el innombrable o Shül abran una puerta dimensional en tu frigorífico, sino porque el grupo de PJs no casa ni con cola siguiendo las opciones de profesiones del libro y la propia voluntad creativa (y descoordinada) de los jugadores.


Un primer intento de abordar esto

En Cthulhu D20, John Tynes abordaba este asunto de pasada cuando trataba algo no menos peliagudo que es el por qué gente cabal y con una vida acomodada se complicaba la vida para ser investigadores de lo oculto. Lo poco creíble de la situación, que se justificaba en el peligro personal al principio, y luego en el intento de evitar un mal mayor para la humanidad que nadie salvo ellos podría comprender, se disipaba cuando los metíamos en una campaña tras haber resuelto el problema inicial.

Lo que lleva a conocerse a personajes de habilidades, personalidades y extracción social bien distinta y como estos vivían peligros juntos era un tema que trataba este manual para vergüenza de muchos otros que da por sentado que un rockero, un vagabundo, un samurai urbano y un paparazzi son una combinación plausible como grupo de PJ (sí, estoy hablando de Kult).

Curiosamente, esto no es algo que hubiese descubierto Tynes a base de jugar tanto Cthulhu en la facultad y escribir tanto sobre el juego como para que hoy día no quiera verlo ni en pintura. Ya a principios de los años ochenta se trata en la primera versión de Las Sombras de Yog-Sothoth, una campaña clásica para La Llamada de Cthulhu. El grupo de PJ se conocía en una sociedad esotérica trasunto de la Golden Dawn donde militó el poeta William Butler Yeats entre otros.
Reconstrucción de una práctica de la Golden Dawn, era la época de la moda egipcia
La idea, francamente genial, dio pie a toda la campaña integrándose como motor de la aventura misma y solucionando este problema de introducir a gente dispar en un camino de descenso hacia los infiernos del conocimiento prohibido y la locura.

En este artículo vamos a trabajar este gancho para campañas esperando que sea útil al respetable dando ejemplos que rastrear en la red e ideas que desarrollar uno en casa.

Ventajas y posibilidades

Tal como hemos mencionado, el problema de lo dispar de un grupo de PJ queda pronto difuminado con este recurso, (aunque no sea la cura universal, luego lo vemos). Una sociedad mística, como decía Yeats, después de todo es una especie de club cultural donde socios pagando una cuota usan los espacios comunes, la biblioteca y conocen gente afín para charlar de temas relacionados o no con el grupo. Podrías articular una campaña de Ragnarok con los habituales de un club de lectura de los que le gustan a los americanos, por ejemplo. Y como ya vimos hace muchas lunas en Fanzine Rolero con Hotel California, un lugar concreto puede justificar distintos tipos de personajes relacionados allí, también podría valernos un club de golf, (que si bien es menos variopinto con sus miembros) con tal que el misterio les asalte allí.

A efectos prácticos, los PJ solo tendrían entonces que tener en común el poder disponer de tiempo libre y algo de dinero para ser socios, siendo el otro rasgo que les una la curiosidad por ciertos temas. Incluso esto no es insalvable, ya que al menos uno del grupo podría ser la pareja de otro miembro que le sigue allí preocupado/a por esta persona o bien ser un {poser} chismoso o un periodista free-lance.

Las posibilidades están claras, no sólo tienes ya de una forma creíble enlazado al grupo de PJ, sino que la misma sociedad a la que pertenecen puede ser lo que articule la campaña. Los PJ se complican la vida juntos en ella, pero continúan siendo miembros para meterse más tarde en otro fregado.

El grupo por encima de los personajes como nexo común es un recurso utilizado en el rol desde hace mucho. La editorial Merrick House del mentado Ragnarok o la Fundación Kauffman de Mutantes en la Sombra (no el establecimiento desde el que escribo), son claros ejemplos de ello (y sin meternos en otros ejemplos como CHILL RPG). Los junta, les pone en situación y les da qué hacer y dónde ir. No queremos tratar el asunto en este extremo. Solo buscamos un nexo plausible que haga las veces de justificación de la campaña.

Otra ventaja de la disposición de una campaña rolera usando este formato es que si un PJ sufre un desgraciado accidente puede recurrirse de forma más sencilla de lo habitual a otro miembro de ella para que sea el nuevo personaje a introducir. Esto es solo una indicación respecto a que se hace más sencillo y a buen seguro que avanzada la campaña con muchas cosas desagradables, no será muy plausible que se apunte otro, pero algo es algo.

Concretar tipo de sociedad

Lo primero que tenemos que hacer es diseñar la sociedad a la que pertenecen los PJ. Que compartan la piscina municipal o que sean del mismo vecindario privado puede valer y permite más variedad, pero hace los lazos muy laxos. Desde el principio pensamos en un grupo/club cultural, amigo de los libros y de las cenas y conversaciones con copas grandes, esoterismo y ritualismo accesorio.

El ejemplo que anteriormente he expuesto, la Golden Dawn u Orden Hermética del Amanecer Dorado, fue una sociedad real y longeva sita en Londres. En su seno se juntaba cierta aristocracia intelectual y gente sin problemas económicos, pero también rentistas curiosos con mucho tiempo libre o currantes liberales con vivo interés. Esta diferencia social o de dotación no significó que no pudieran destacar o medrar en el lugar. Un ejemplo de rentista ratón de biblioteca fue Arthur Edward Rider-Waite, que desarrolló en la orden su propia versión de la baraja de Tarot y que a buen seguro conocéis porque inspira a la penúltima edición del Mago de White Wolf. Menos reconocimiento en la orden, pero si la inmortalidad en sus obras, consiguió un hombre judío con un trabajo monótono que sería conocido por siempre con el sobrenombre de Bram Stoker elaborando un libro interesante usando los relatos de viajes y supersticiones de centroeuropa.

Manuel Azaña, jefe de gobierno de nuestro país, se introdujo en la masonería donde fue iniciado con humildad por un alto grado que se ganaba la vida como camarero. Sirva este ejemplo para cerrar las dudas acerca de si un fontanero interesado por estos temas no podría ser parte de un grupo de este tipo.

Una vez que tenemos claro que vamos a crear una sociedad para conseguir de ella nuestra campaña, debemos preguntarnos de que tipo va a ser. La Golden Dawn era un grupo muy dispar donde aunque existían ciertas prácticas ritualistas, convivían diversas clases respecto a como se relacionaban con ello. Había simples curiosos, conocedores de la materia solo a través de los libros y pronto el resto te ponía catalogado en tu lugar y te presentaba a gente afín para que no molestaras al núcleo duro que experimentaba juntos o por separado. Por estas razones Aleister Crowley, el famoso ocultista, causó muchos conflictos al sentirse frenado en su crecimiento espiritual y bajo una oligarquía de veteranos recelosos. 
El Sr Crowley, muy jovencito con sus avíos
Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de sociedades místicas, estamos lejos de tratar las sociedades secretas. Éstas han existido prácticamente siempre, pero exigen una vigilancia previa para aprender a confiar al nuevo miembro y crean lazos muy, muy estrechos. Más de una vez se han formado para intentar derrocar un gobierno o para realizar prácticas perseguidas, así que no encaja con ellas el modelo buscado en el que los PJ formen un grupo con estrechos lazos de confianza dentro del grupo más grande de la misma sociedad las desestimaremos por ahora.

En realidad estamos hablando de sociedades discretas, como puede ser también la masonería, por ejemplo. Son grupos con intereses comunes que no se esconden y pueden poner una placa en los locales que posea la sociedad con toda dignidad y naturalidad, pero no se anuncian en la tele y se considera de muy mal gusto que, aunque tú puedas declarar a los tuyos que formas parte, te chives de quien está contigo en esos grupos.

La masonería, que sería tan recurrible para mis lectores si fuesen anglosajones, está sumida en España en un profundo desconocimiento y leyenda negra. Esto es debido en gran medida a que nuestro último dictador mediante un alias literario se dedicó a escribir atrocidades contra los masones, extendiendo falsos rumores sintiéndose despechado al negársele la entrada a una logia (grupo) de este tipo. España es un país peculiar. Procuremos entonces evitar usar este tipo de grupos para evitar prejuicios de los jugadores.

Nos hemos ido a ejemplos concretos donde el esoterismo, el ritualismo y el ocultismo, tienen su espacio y búsqueda, pero no te negamos la posibilidad de que los PJ puedan ser parte de una sociedad con intereses claros culturales que les llevase al misterio aunque quizás eso limitase el espectro de opciones para los PJ. Podrían ser miembros de la National Geographic, de un grupo de amigos de la arqueología que ahorran y piden subvenciones para irse a excavar a África o Egipto, incluso podrían ser académicos y/o aventureros de una sociedad criptozoológica que cuando van a perseguir seres monstruosos lo hacen con conocimiento de causa. Estos últimos ejemplos están más accesibles y aunque te limiten, te serán más sencillos de llevar adelante y sobre los que documentarte usando Internet. 

Necesidades de ésta (y excusa de aventuras)

Continuando con las sociedades, pero del lado más ritualista y místico; la ventaja que aportan es que las propias necesidades y el desempeño de ser miembro pueden dar la excusa perfecta para meterse en las tribulaciones misteriosas que necesitamos para las aventuras. Si el grupo tiene una biblioteca a disposición de los socios, no sólo puede haber allí tomos muy buscados y peligrosos, sino que han tenido que llegar hasta aquel lugar de alguna forma. La bibliofilia en el campo de los escritos con sangre sobre piel humana no es algo que pueda satisfacerse solo soltando grandes sumas de dinero donadas por un miembro rico o sacadas de las cuotas de afiliados. El grupo intrépido de PJ podría embarcarse en búsquedas por Praga (o la no menos misteriosa Toledo) en pos de ejemplares raros de ediciones prohibidas, lo que les traerá viajes y seguramente llamará la atención de gente poco agradable que no esté interesada en que esos libros se difundan. Bien pueden ser los PJ unos aventureros expertos en el tema o meterse en ese berenjenal por curiosidad al leer referencias sobre esos libros o incluso el simplemente querer impresionar con ese botín a otros miembros del grupo.

De igual modo, las búsquedas arqueológicas, del Yeti o de pruebas de culturas desaparecidas puede ser un (caro) hobby que aprender en un grupo de este tipo. No todos pueden ni quieren embarcarse en algo así, pero una vez que vaya destapándose el misterio pueden verse abocados a ello por su supervivencia o la del grupo.

Hasta ahora estamos siendo bienpensantes respecto a la moral e intenciones de la sociedad donde han ingresado los PJ, pero es muy posible que siendo practicantes de rituales extraños deseen de ellos usarlos como agentes para actividades ilícitas. Por ejemplo, podrían usar chantaje emocional o la promesa de ascenso de grado, acceso a secretos o de dinero para convencerles de que roben determinados libros u objetos rituales quien sabe si no también mágicos y con poderes (peligrosos) en sí mismos.

Por otro lado, si el grupo tiene competencia, se suelen llevar mal este tipo de sociedades más allá del desdén con el que habla un barman de otro bar cuando le preguntas. Es posible que por envidias, por llevarse a sus socios prominentes o porque tengan montada una guerra esóterica (con magia real o no), el ser parte de un grupo suponga que son enemigos de otro... y que descubran esto demasiado tarde.

Estas chaladuras de líderes carismáticos no son nada irreal ni extraño, y puede traer más sustancia a las aventuras. Un enfrentamiento de este tipo podría suponer amenazas o que hablen mal de ti a tu jefe mediante anónimos, así como es posible que usen recursos mágicos si está en su haber en la escalada bélica e incluso que matones o sectarios locos quieran asustarte o sacrificarte si son grupos muy extremos. Esto último, por supuesto, es ficción buscando lo espectacular y la diversión en la campaña, que nadie se asuste.

Las campañas de gañote

No es anormal que en las campañas haya que desplazarse hasta lugares exóticos y misteriosos, y es que además del choque de tener a un fontanero en Ponape, está el asunto de quien paga y como conserva alguien el trabajo y a la mujer pegándose unas escapadas así. Perdona cariño, pero intentaba evitar que un calamar gigante culturista destruyera el mundo no cuela para nada como explicación, y cuando te juntas con sufragistas peinadas a lo flapper lo tienes claro.

No podemos hacer mucho en estas situaciones para conservar la vida normal de nuestro PJ, pero si podemos usar de nuevo la pertenencia a un grupo para hacernos las cosas más sencillas. Normalmente se usa el recurso de que uno de los PJ que anda más aventajado económicamente o bien sea un rentista dedicado a sus chaladuras sea el que abone el coste de la excursión, pero no suele tratarse como queda la habilidad de Crédito o los ahorros del pobre hombre que tiene que plantar al grupo de PJ en las Montañas de la Locura y luego explicar porque fueron 5 y volvieron 2 con uno de ellos loco de atar.

En cambio, ser miembro de un grupo organizado puede permitir el acceso a sus recursos para sufragar este tipo de cosas. Es posible que los PJ hayan hecho recelar a otros miembros de la asociación o que no sean muy de fiar haciendo lo que hacen, o que no sean los más preparados para seguir los pasos de Percy Fawcett, pero les pueden poner guías locales o aventureros a sueldo más aptos como complemento y también pagados por dicha entidad, (que son un buen recurso para introducir jugadores o dar un nuevo PJ para sustituir a uno difunto). También es posible que manden a un fontanero a costas pagadas porque es el maldito ratón de biblioteca que ha conseguido descifrar la extraña escritura de una raza desaparecida y se hace necesario.
Fawcett, un personaje de Llamada de Cthulhu de carne y hueso sobre el que debería saberse más
En el caso de llevarse mal con el grupo, bueno, siempre se puede esquilmar a un miembro PNJ que de verdad sea rico. Aleister Crowley le dio un sablazo económico a Edward Bulwer Lytton, (el de Los Últimos Días de Pompeya y ocultista raruno) para pagarse un retiro mágico. La ventaja de esto es que nadie pierde los ahorros o el rango de una habilidad canjeable en pasta.

Otra opción, no menos divertida, es que uno de los PJ sea tesorero suplente con acceso a las cuentas del grupo o bien sepa a quien extorsionar o convencer para que le preste ese dinero. El caso es que los PJ, que se arriesgan a morir, enloquecer y, aún peor, ganarse la ira de sus parejas, no se arruinen como desgracia segura teniendo estas otras tan probables ya.

Guerras intestinas

Otro de los recursos que permite esta forma de hacer campañas es que los miembros, sin necesitar de un grupo (sectario o no) enemigo, se peleen entre ellos. Puede parecer tonto e infantil, pero muchas veces hay duelos de egos y gente que da por hecho, como el mencionado Crowley, que debe ser ascendido y contar con más derechos. Puede que todo surja con unas canditaturas a un puesto como sacerdote suplente o porteador de incienso en los rituales, solo basta con que ambos bandos tengan sus seguidores para tenerla liada.

No es imposible que las razones del conflicto sean más profundas y justificadas. Puede ser que se haya formado una especie de grupo dentro del grupo con aviesas intenciones que haga las veces de lo que ha venido a llamarse logia negra y que los buenos intenten evitarlo. También puede ser que este grupo actúe en secreto o que los que sean cabales como para no intentar derrocar a la reina o convertir a Cthulhu en presidente sean los menos. En todo caso, dará mucho juego.

A veces las guerras intestinas de este tipo son el conflicto abierto de tiranteces que han ido encarnizándose según ha ido pasando el tiempo, otras aparecen cabecillas que desean protagonismo o hay disensión de opiniones que sin posibilidad de arreglo termina haciendo que nazca un nuevo grupo escindiéndose del primero, (de nuevo nos vale el ejemplo de Crowley, que creó así la Astrum Argentinum o AA).

Pero en juego lo que viene a suponer es que ya no puedes estar seguro de que el grupo tiene los pies en la tierra o de que tu gran maestre tiene razón. Los jugadores pueden sentirse como pobres hijos de padres en vías de divorcio y dejarse llevar por la paranoia. Además, los que eran aliados PNJ podrían quedar en el otro bando o bien parecer afines pero ser espías del contrario. Cómo no, esto puede desarrollarse como las guerras entre distintos grupos que señalábamos antes, enviándose gatos muertos y asuntos así de desagradables.

No es lo que parece

Una vez que la campaña está avanzada y han pasado los PJ por mucho con tal de descubrir la verdad y dado muchos tumbos, puede dar todo un vuelco cuando descubran que en realidad no son luminosos los fines del grupo sino una oscura conspiración en busca del poder o fines malvados de cualquier villano de novela pulp. Pueden descubrir de sopetón que han sido manipulados para ir cumpliendo las fases de un gran plan o incluso haber sido convertidos, con medias verdades y dulces mentiras, en malditos sectarios de los que matan a escopetazos a tutiplén, aunque ellos no usen túnicas negras.

Al vértigo del giro de la trama has de sumar el impacto psicológico de que han estado obrando para el mal, (o bueno, igual en tu campaña ellos querían ser malvados cultistas y se dan cuenta de que curran para una especie de inquisición). Antes de que los jugadores tengan tiempo de recuperarse del giro está el asunto de que papel toman a partir de ahora, que hace el grupo ahora que ellos lo saben (cosa que puede ser más importante y mortífera) y como se protegen de un grupo al que han estado tan unido y que sabe tanto sobre ellos mientras que aún les quedan algunos secretos que desvelar acerca de con quien andan juntándose.

Hay que matar al dragón hegeliano

Lo más álgido, épico y difícil en estos casos es posicionarse en contra del grupo para el que han servido con su buena voluntad e intentar volverse contra sus antiguos amigos en pos de salvar su dignidad, redimirse de sus pecados o directamente salvar al mundo del gran plan del líder malvado que incluye cosas muy feas de otra dimensión.

Entonces el peso de lo que han ayudado a formar, del grupo que ellos mismos fortalecían y donde depositaban su confianza, caerá sobre ellos. Puede que la cosa termine con machetazos, ráfagas y la purificación del templo o de la sala de fiestas con gasolina, pero las personas de a pie no actúan así y alguien tan sibilino y maquiavélico para haberlos conducido a la situación en la que están ahora tiene sus maneras de salvaguardarse de estas formas de agresión. Según como sea el grupo contra el que se enfrentan ahora, puede que usen acusaciones falsas a la policía contra ellos, (incluso puede que éstas sean verdaderas pero se supone que era por un bien mayor y que no lo contarian sus superiores), o bien usar contactos políticos e institucionales para destruir sus vidas.

Si me permitís el inciso poniendo un ejemplo de tebeo, cuando el malvado Kingpin, un calvo entochado de tebeo que era el señor del crimen, descubrió la verdadera identidad del superhéroe Daredevil, su jurado enemigo; no fue a su casa para pegarle antes de que se tomara el café reponedor de la mañana. En vez de soluciones directas y pueriles se encargó de anular su licencia de abogado, de hacerle perder su casa, de buscarle impagos del gas... antes de buscar su eliminación física se encargó de destruir su vida normal y todo cuanto amaba. ¿Que harían hombres poderosos y conspiradores bien conectados para anular a los PJ siendo demasiado retorcidos (y cautos) como para lanzarles hechizos y mandarles tios con sotana y cuchillos rituales de primeras?. Deja a tu calenturienta imaginación ponerles las cosas complicadas y llevar la guerra a donde ellos no se lo esperan.

Un cambio así para ir precipitando las cosas hacia un final espectacular es un gran final para una campaña de este tipo, creando emoción, tensión y cerrando de una vez el asunto porque o bien vencen ellos o son exterminados. Si sobreviven mantendrán sus antiguas aficiones e intereses y serán más que amigos y aliados como grupo de PJ que nunca más podrá seguramente volver a tener una vida común y sencilla o un trabajo de 9 a 6.

Terminando

Tal como comentaba al principio, esta es una forma de plantear y conducir una campaña aunando un grupo dispar de PJs que puede ser muy placentera y llena de recursos. No es algo nuevo ni que yo haya inventado cuando podemos rastrear su uso hasta los años ochenta, pero sí es cierto que no suele ser muy utilizada. No puede ser el objeto de este artículo explicar más sobre que es una sociedad inicíatica, mística o discreta, tendrás que investigar por tu cuenta, aunque te será muy divertido. Tampoco podemos permitirnos el trazar aquí una campaña sin saber de tus intereses o las preferencias de tus jugadores. Baste plantear todo esto para hacerte recapacitar sobre esta opción y mientras te doy un puñado de ideas dejar que otras bullan en tu mente para futuras experiencias roleras. Espero que toda esta digresión te sea de utilidad. 

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