La Depresión es dura para todos, pero lo es más para los cazadores de libros. No es que no haya libros esperando a ser poseídos: al estar cortos de efectivo, tanto obispos como aristócratas venden sus bibliotecas. No es que no haya bastantes compradores de libros especializados: aristócratas de Eton y Oxford deseosos de probar cualquier cosa depravada, sudorosos aspirantes a Gran Bestia en busca del camino más corto al poder diabólico… o al menos a orgías diabólicas. Entre estos dos grupos, compradores y vendedores ha surgido un mercado especial de magia negra y tomos blasfemos en el que no hay preguntas.
Quizás alguien podría hacerlas. No preguntas en plan “¿es auténtico?” o “¿eso no es una escandalosa cantidad de dinero por un libro con tantas manchas?”. Sino más bien “¿de verdad sabemos quién nos está comprando esa copia de Cultos Innombrables?”. O “¿deberíamos cobrar por adelantado por si acaso funciona el ritual?”. Preguntas que no siempre reciben respuesta, o que no reciben respuestas legítimas. Abundan las falsificaciones, el pillaje y las conspiraciones. Londres está llena de nazis, satanistas y cosas peores que no siempre dan la cara en sus tratos. Quieren esos libros. Mejor que los consigas. Hay que pagar el alquiler y estamos en plena Depresión.
Ofrecemos este escenario escrito por Kenneth Hite y Will Hindmarch, traducido por José Muñoz.
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