jueves, 12 de enero de 2017

Módulo genérico: Los Cuervos de Llandwydd

En esta aventura de terror corta, diseñada para jugarse en pocas sesiones o incluso una sola, varios hermanos que comparten un oscuro secreto y que están sirviendo como soldados en Francia durante la Gran Guerra regresan de permiso por Navidad a su hogar en Gales, con la intención de buscar a un compatriota que conoce su secreto y que probablemente les ha traicionado en el frente.




En la Navidad de 1915 los hermanos Evans volvieron de permiso a su pueblo natal de Llandwydd junto con su compatriota Daniel Lloyd. Durante el permiso una acalorada discusión entre ellos y el joven hermano de Daniel, Gwylim, acabó con la muerte accidental de este último. Los Evans decidieron ocultar lo ocurrido, y el cuerpo de Gwylim nunca se encontró, pero Daniel sospechó de ellos desde el principio. De vuelta al frente, las sospechas de Daniel crecieron hasta convertirse en certidumbre y, buscando venganza por la muerte de su hermano, retrasó la entrega de unas órdenes el primer día de la Batalla del Somme, causando la muerte de todo su batallón.


La verdad

Si quieres jugar esta partida, por favor no sigas leyendo. A partir de este punto, la información que encontrarás te desvelará el secreto de la partida y te impedirá jugarla. Por tanto, a partir de aquí el resto del texto es sólo para el director de juego.

La verdad es que los hermanos Evans murieron aquel día, junto al resto de su batallón. Sin embargo se encuentran atrapados por la culpa del crimen que cometieron y por el ansia de venganza por su propia muerte, y han vuelto ahora a Llandwydd coincidiendo con el retorno a casa de Daniel y la repatriación de sus propios cadáveres, sin ser conscientes de su propia muerte.


Sucesos previos

Cuando Gran Bretaña declaró la guerra a Alemania el 4 de agosto de 1914, la maquinaria bélica británica empezó el proceso de reclutamiento. El pequeño pueblo galés de Llandwydd no fue una excepción, y la oficina de reclutamiento local pronto vio un aluvión de voluntarios, entre ellos Daniel Lloyd y los cuatro hermanos Evans, todos ellos deseosos de servir a su país y alcanzar la gloria en las exóticas tierras europeas. Junto con el resto de voluntarios de Llandwydd, fueron destinados a uno de los llamados “Batallones de Compañeros”, unidades compuestas exclusivamente por voluntarios de una misma región. Cuando obtuvieron su primer permiso en Navidad de 1915, tras un año y medio de combates, todo idealismo se había borrado de sus mentes y a los pocos supervivientes tan sólo les quedaba el barro, la sangre y la muerte. De más de cincuenta voluntarios que abandonaron Llandwydd el verano de 1914, sólo una treintena regresaron a casa el invierno de 1915.

Los veteranos volvieron a casa el día 23 de diciembre, justo a tiempo de celebrar la Navidad. Pocos días después, el 26 de diciembre, los hermanos Evans se encontraban, amargados y borrachos, en la ladera oriental del Monte Carnedd por encima de la orilla occidental del Lago Gwenddau, cuando se cruzaron con Daniel Lloyd y su joven hermano Gwylim. El joven Gwylim se enfrentaba a un ineludible alistamiento forzoso cuando cumpliera la mayoría de edad el próximo mes de marzo, y estaba aterrorizado después de haber escuchado las historias de la guerra que le había contado su hermano mayor.

Mientras compartían la bebida, el joven Gwylim compartió sus temores con los Evans, los cuales le acusaron despectivamente de ser un cobarde y un traidor a su país. Los insultos aumentaron de violencia y, al poco, Gwylim y Christopher llegaron a las manos. Los demás les separaron, y los hermanos Lloyd se alejaron entre insultos y amenazas.

Herido en su orgullo, Gwylim volvió a escondidas para enfrentarse a los Evans tras dejar a su hermano en casa, armado con la escopeta de caza de su padre y unas cuantas copas de whiskey. Encontró a los Evans donde los había dejado, bebiendo y riendo, y se enfrentó a ellos. Una cosa llevó a la otra, y Gwylim acabó empuñando la escopeta y amenazándoles. Dylan se arrojó contra él y le empujó, y Gwylim se despeñó por la ladera, no sin antes disparar su arma aunque sin herir a nadie.
Los hermanos Evans, horrorizados por lo que había sucedido, y sobrecogidos por el remordimiento y la culpa, decidieron ocultar lo ocurrido. Huw y Dafydd descendieron con dificultad hasta el pie del terraplén, donde se encontraba el cadáver de Gwylim, y lo arrojaron al lago Gwenddau con los bolsillos llenos de piedras. Aunque Daniel sospechaba lo ocurrido, no tenía forma de comprobarlo y, por tanto, todo el mundo en el pueblo acabó convenciéndose de que Gwylim era un cobarde que había huido para evitar el reclutamiento.

De vuelta al frente, las sospechas de Daniel fueron aumentando al ver la forma en que los Evans lo evitaban. En primavera su batallón fue destinado a las inmediaciones de Beaumont-Hamel, cerca del frente del Somme. Finalmente, una noche que Dylan y él estaban a solas y algo bebidos, le interrogó directamente. Aunque Dylan no admitió su culpa, la expresión de remordimiento de su cara fue suficiente para Daniel.

Pocos días después, el primero de Julio de 1916, su batallón recibió órdenes de atacar durante el inicio de la Batalla del Somme. Los cañones aliados dispararon sobre las trincheras alemanas durante media hora antes del ataque para abrir camino a la infantería, pero los ojeadores de su zona confirmaron que el fuego no estaba alcanzando algunos de los principales nidos de ametralladoras. El teniente coronel al mando del batallón envió a Daniel Lloyd a las posiciones de artillería con órdenes de corregir el fuego, y este vio su oportunidad de vengarse de los asesinos de su hermano.

Con las órdenes en la bolsa, Lloyd se aseguró de tardar lo suficiente en entregarlas como para que el fuego de artillería ya se hubiera detenido y fuera demasiado tarde para poder reanudarlo. Sin saber que los proyectiles no habían barrido los búnkeres alemanes, el teniente coronel dio la orden de avanzar, y el batallón cargó desde sus trincheras hacia una muerte segura.

Christopher Evans murió incluso antes de acabar de subir la escalera, alcanzado por un disparo alemán. Dylan Evans murió poco después, al pisar una mina pocos metros dentro de la tierra de nadie. Huw y Dafydd Evans lograron avanzar algo más, hasta quedar atrapados por las alambradas y ser destrozados, el primero por una granada de mano y el segundo poco después por el fuego de las ametralladoras.

Daniel Lloyd, aunque se libró de la muerte, perdió el brazo derecho por el impacto de un obús y fue licenciado con honores, pudiendo volver a casa unas semanas después. Le acompañó en su viaje lo que quedaba de los cuerpos de los hermanos Evans, cuyos cadáveres habían sido repatriados para ser enterrados en su Llandwydd natal.

Tan sólo cinco de los treinta y siete voluntarios de Llandwydd siguen con vida a finales de Julio de 1916; y tan solo uno de ellos, Daniel Lloyd, ha logrado volver a casa.


Cómo arbitrar esta aventura

Los hermanos Evans, interpretados por los jugadores, no son conscientes de su propia muerte. Atrapados por la culpa de su crimen y el deseo de venganza contra Daniel Lloyd, sus espectros aparecen de nuevo en Llandwydd coincidiendo con la llegada al pueblo de sus cadáveres y de Daniel. Sin embargo, su incapacidad de aceptar su propia muerte hace que se encuentren en una versión diferente del pueblo. El lugar al que ellos llegan no es el Llandwydd que está de luto por su muerte en julio de 1916, sino el Llandwydd en el que estaban de permiso en Navidad de 1915, la última vez que visitaron su pueblo natal, cuando cometieron su crimen. Las gentes que se encuentren en el pueblo serán productos de su propia pesadilla, fantasmagorías aparentemente reales para ellos que sin embargo aún viven el momento de su última visita.


El director de juego deberá jugar con este falso pueblo y la gente que vive en él, haciendo que los jugadores crean que están en la Navidad de 1916, vivos y buscando a Daniel Lloyd. Poco a poco debería ir introduciendo pistas que hagan que se den cuenta de que el tiempo no ha pasado, y el pueblo sigue en la Navidad de su última visita. En un apartado posterior encontrará algunas ideas sobre pistas que puede ir proporcionando a los jugadores.

A medida que la aventura se desarrolle, los personajes se verán en ocasiones trasladados al pueblo real, en julio de 1916, en un Llandwydd que se prepara para su funeral. Estos cambios deberán ser sutiles, intentando que los jugadores no se den cuenta de que no se encuentran en el mismo sitio y aprovechar, siempre que sea posible, un momento en que crucen algún tipo de umbral (simbólico o real) como cuando entren o salgan de una casa, caminen por un camino, crucen un puente, sigan un río o atraviesen un portón o verja. Cuando los personajes se encuentren en esta versión del pueblo, la real de 1916, éste aparecerá vacío ya que, al estar muertos, no pueden ver a la gente viva que habita en él.

A partir de este punto, y para evitar confundir al lector, el texto se referirá al Llandwydd que los personajes han creado a imagen y semejanza de su permiso de 1915, y en el que se encontrarán al principio, como la versión falsa del pueblo. Por contraste, el Llandwydd real al que se verán transportados ocasionalmente, el que realmente está en 1916 y cuyos habitantes no podrán ver, será denominado a partir de ahora como la versión auténtica del pueblo.

Cuando finalmente los personajes sean conscientes de que están muertos, se verán trasladados por última vez a la versión auténtica y ya no podrán volver a la versión falsa donde hay gente. Al destruirse la ilusión de que siguen con vida, el falso pueblo en el que se han refugiado sus psiques para huir de la realidad dejará de existir ya que lo que lo había creado era el convencimiento desesperado de que seguían con vida, la negación de su propia muerte.

Lo que retiene a los Evans en esta especie de Limbo son los asuntos pendientes de resolver, a saber, la culpabilidad por su responsabilidad en la muerte de Gwylim y la necesidad de afrontar su propia muerte y la parte que jugó en ella Daniel. Hasta que no hayan afrontado estas dos cuestiones, su muerte y la de Gwylim, no podrán abandonar su situación y abrazar la muerte. La forma en que afronten cada una de estas cuestiones determinará qué destino les aguarde en la muerte, tal y como se explica en el apartado de “El final de la aventura”.

Finalmente, hay que tener en cuenta que esta aventura tiene un plazo para poderse resolver, determinado por el tiempo que pasará hasta que Daniel tome su propia vida. Este plaze está representado tanto por los cuervos que infestan el pueblo (detallado en el apartado “El árbol y los cuervos”) como por el tiempo de permiso que creen que tienen (detallado en el apartado “El final de la aventura”).


Los dos pueblos

El pueblo fantasma: la versión auténtica

Cuando los personajes se encuentren en la versión auténtica del pueblo, éste se encontrará vacío, tal y como se indicaba anteriormente. Éste es el pueblo tal y como es realmente hoy en día y, por tanto, es el pueblo en julio de 1916. Daniel Lloyd acaba de llegar con los restos de los cadáveres de los personajes, y las gentes del pueblo se preparan para el funeral. Por tanto podrán verse crespones negros en las ventanas y las puertas, y un ojo observador podrá apreciar las señales características del verano. Sin embargo, debido al hecho de que los protagonistas están negando su propia muerte, el director de juego no debería hacer hincapié en estas señales al principio de la aventura a menos que los jugadores pregunten específicamente, ya que sus personajes estarán intentando ignorarlas inconscientemente. A medida que los jugadores, y por tanto los personajes, empiecen a notar que ocurren cosas extrañas, el director de juego podrá empezar a dejar caer algunas de estas pistas en sus descripciones.

Aunque esta versión del pueblo estará vacía para los personajes, la gente realmente está viviendo en él, sólo que los personajes, estando muertos, no pueden verlos. Por tanto en ocasiones se podrán ver u oír las actividades naturales de un pueblo, pero siempre justo fuera del alcance de los personajes. Por ejemplo, les podrá parecer oír los sonidos de niños jugando tras la esquina, aunque al girarla la calle esté vacía y no se oigan ya estos ruidos.

La única persona con la que pueden encontrarse en esta versión del pueblo es Daniel Lloyd, al cual pueden ver debido a su estrecho vínculo de culpa. Sin embargo, ni Daniel no podrá verles, ni podrán interactuar con él de ninguna manera. Realmente ellos no están allí para Daniel, ya que están muertos, y si intentan tocarle les atravesará como si fueran de humo. En cualquier caso no podrán encontrarse con Daniel mientras se sigan aferrando a su falsa ilusión de vida. Por tanto no podrán encontrárselo en esta versión del pueblo hasta que no sean conscientes de su muerte, y hayan abandonado definitivamente la otra versión del pueblo, tal y como se explica en el apartado “Cómo arbitrar esta aventura”.

Navidad del pasado: la versión falsa

La versión falsa del pueblo, en la que tendrá lugar la mayor parte de la aventura, es un reflejo del pueblo en Navidad de 1915, durante su último permiso seis meses antes. Aquí podrán encontrarse con todo el mundo que habita en el pueblo, pero ninguna de las personas que viven en esta versión del pueblo es real. Se trata de fantasmagorías, imágenes que reflejan los recuerdos del último permiso de los Evans. Por tanto, ninguno de los habitantes con los que traten tendrá ningún conocimiento que no tuviera cuando los Evans estuvieron allí por última vez. La forma más marcada en que se evidencia esto es en el hecho de que los habitantes no son conscientes de que Gwylim ha muerto, y nadie desprecia todavía a la familia Lloyd por tener un desertor entre sus hijos. Sin embargo el árbitro debería intentar evitar que esto resulte evidente hasta que la aventura esté suficientemente avanzada, pues probablemente desvelaría demasiado pronto lo que está sucediendo realmente.

Otra particularidad de la versión normal del pueblo es que algunos de sus habitantes no están en él. Concretamente los Evans jamás podrán cruzarse con Daniel y Gwylim Lloyd por mucho que los busquen, ya que no se encuentran en esta versión, debido al peso emocional que tienen para los Evans. Sin embargo los habitantes del pueblo sí que se referirán a ellos, especialmente a Daniel, como si estuvieran en el pueblo, pero siempre se dará la casualidad de que no se encuentran en ese lugar en ese momento. El árbitro debería así mismo procurar medir las palabras que utiliza para evitar desvelar que, para los habitantes del pueblo, Gwylim todavía está vivo y en Llandwydd.

Otra gente con la que no podrán cruzarse los Evans, pero que estarán en el pueblo para los habitantes de Llandwydd, son aquellos compañeros de armas que estaban presentes en el último permiso, pero que han muerto desde entonces. La gente del pueblo les hablará de estos muchachos como si estuvieran en Llandwydd en caso de que pregunten, pero ellos nunca lograrán encontrárselos, igual que ocurre con los Lloyd.



Llandwydd

El pueblo de Llandwydd, pronunciado llanduiz, es una pequeña población galesa de unos doscientos habitantes, emplazada en la provincia de Powys. Situado en una zona abrupta de empinadas laderas, se encuentra en el fondo de la Hondonada del Gweld, en la ribera del río del mismo nombre.
El río fluye desde la quebrada del Gweld hasta el valle, donde rodea Llandwydd recibiendo sus dos afluentes, el Rhaedog y el Gwenddau, antes de formar el pequeño Lago Gweld como consecuencia de una pequeña elevación cerca de la salida del valle. A partir de ahí el Gweld fluye más rápidamente, entre las laderas de los montes Craig Y Fan al suroeste y Fawr-Goch al noreste, antes de desembocar en el amplio llano del Valle del Gweld, donde discurre perezosamente tras recibir las aguas del Río Dwyllyn.

Durante décadas la economía del pueblo se ha basado principalmente en el molino de la familia Rhys y la producción de la cantera de Tydfill. Sin embargo el pueblo se enfrenta a la crisis económica que arrasa todo Gales, y la cantera está cerrada desde 1913. Así pues la mayoría de familias viven del ganado, principalmente vacas y cabras, y de los productos derivados, como lácteos o cárnicos. La guerra, sin embargo, ha congelado la economía local, como en muchas otras partes de la isla, con pocas manos hábiles disponibles para atender al ganado. Se trata de un pueblo rural, empobrecido y de escasos recursos.

La principal familia del pueblo son los Devonald, terratenientes propietarios de una buena parte de las tierras y ganado del valle, que alquilan en usufructo a otras familias. Otras familias de importancia son los Rhys, propietarios del molino; los Clayton, propietarios de la cantera y empobrecidos desde su cierre; los Thomas, propietarios de la taberna del pueblo; y los Hughes, propietarios de varias tierras.

En la plaza central del pueblo, frente a las casas de los Hughes y los Evans, se alza un roble albar, que fue una vez el símbolo y el orgullo de Llandwydd. El viejo roble blanco lleva ya muerto varios años, y se alza sin hojas como mudo testimonio de la decadencia del lugar, las cinco descarnadas ramas que le quedan arañando el cielo plomizo como si estuvieran ancladas a él, como si el roble fuera un portal entre los mundos.

Mapa de Llandwydd


(click sobre él para ampliar y/o descargar)

Algunos términos geográficos en galés pueden ayudar a dar más color a las descripciones, así como ayudar a entender el mapa adjunto. Se incluye, por tanto, un breve glosario de topónimos galeses.

 Mynydd – Monte 
 Bryn – Colina 
 Penrhyn – Promontorio 
 Afon – Río 
 Llyn – Lago 
 Dyffryn – Valle 
 Pant – Hondonada 
 Nant – Quebrada 
 Hafn – Barranco


Incluimos también a continuación una lista de nombres masculinos y femeninos galeses comunes, para referencia del árbitro a la hora de crear habitantes del pueblo:

Nombre masculinos: Alun, Bevan, Christopher, Dafydd, Dai, Daniel, David, Dylan, Emrys, Evan, Ewen, Gruffydd, Gwilym, Huw, Ieuan, Llewellyn, Melfyn, Morgan, Owen, Rhys.

Nombres femeninos: Angharad, Anwen, Bethan, Bronwen, Carys, Catrin, Claire, Delyth, Elen, Mair, Mererid, Nerys, Nesta, Nicola, Olwen, Rhiain, Rhonda, Sarah, Sian, Wynne.

Apellidos: Daniels, Edwards, Ethell, Griffiths, Heyns, Hywel, Jacobs, Jenkins, Jones, Lewis, Lougher, Morgan, Morris, Nash, Oakley, Phillips, Price, Rees, Reynolds, Taylor, Wilson.


Mapa del pueblo


                                                               (click sobre él para ampliar y/o descargar)


Eventos y lugares


La llegada de los Evans

La llegada de los hermanos Evans a Llandwydd tiene lugar, para ellos, en medio de una espesa niebla a primera hora de la tarde del día 23 de diciembre. Un aldeano de un pueblo vecino les habrá acercado en carro desde la estación de tren de Glynnwick, y les dejará en la entrada del valle, donde se desvía de la carretera principal el camino que conduce a Llandwydd. Pasando junto a la ribera norte del lago Gweld y frente a la taberna del pueblo, no tardarán en llegar a su hogar, en medio de una espesa niebla que confiere al paisaje copiosamente nevado un aire opresivo y fantasmagórico.

En casa, sus padres les estarán esperando ansiosos, y se mostrarán muy contentos de verlos por fin. Su madre les servirá algo para que hagan una comida tardía, y su padre, postrado en un sofá a causa de su gota, les pedirá que le cuenten cómo va la guerra. Ambos se mostrarán muy animados, y les explicarán las noticias que cuentan en la radio, según las cuales el frente avanza rápidamente, los alemanes están a punto de claudicar y muy pronto acabará la guerra. Noticias propagandísticas que, por supuesto, son muy distintas de la cruda realidad del frente, donde meses de combates y muerte pueden resultar en un avance de las líneas de apenas un centenar de metros.

Su padre también les comentará que el día 26 tendrá lugar una misa en honor a los héroes de guerra del pueblo, es decir, a ellos y sus compañeros. Evidentemente, se espera que atiendan la misa y reciban el apoyo y aclamaciones del pueblo, junto con los demás compañeros de armas. De hecho, su padre está especialmente ilusionado con esta misa, y no aceptará ninguna excusa para que no asistan, si se muestran reacios. También mencionará la Misa del Gallo que tendrá lugar la noche del 24 al 25, a medianoche.


La taberna

La taberna de los Thomas está aparentemente animada la mayor parte del tiempo, con buena parte de la gente del pueblo celebrando la vuelta a casa de los chicos. Si decidieran parar en la taberna a su llegada, o si se pasan por ella más tarde, les recibirá una calurosa bienvenida por parte de los habitantes de Llandwydd, que les acogerán como a héroes y les invitarán a varias rondas. Incluso a los más jóvenes que, teóricamente, no tienen todavía edad para beber (la edad mínima son 21).

Sin embargo, los entusiastas habitantes de Llandwydd probablemente no tarden demasiado en agobiar a los veteranos, a los que sin duda harán sentir bastante incómodos los comentarios respecto a la suerte que tienen de poder alcanzar la gloria en la batalla, o lo mucho que desearían ellos tener veinte años menos para poder marchar al frente a matar teutones. Si eso no es suficiente para enervarlos, sin duda lo será el hecho de que les estén pidiendo constantemente que les expliquen historias heroicas de la batalla, o que no paren de preguntarles cuántos prusianos han matado.


La primera noche

La primera noche que pasen los personajes les asaltará una pesadilla en la que revivirán sus muertes en el campo de batalla. Esta pesadilla es un intento de su subconsciente, más fuerte mientras están durmiendo, de vencer la negación de su muerte por parte de su mente consciente. Esta pesadilla será compartida. En ella, todos los personajes revivirán la misma experiencia y podrán verse unos a otros. Sin embargo no todos ellos entrarán en el sueño a la vez, sino que unos empezarán a experimentarlo antes que otros.

Como se trata de un sueño en el que reviven lo que ya les ha ocurrido, los jugadores no tendrán un control real sobre las acciones de sus personajes, y el director de juego deberá ir narrando sus actos de forma rápida, sin dar tiempo a los jugadores a pensar o reaccionar. Es recomendable que intente crear una sensación de premura, frustración e intensidad, escuchando lo que los jugadores le digan pero sin alterar significativamente la narración, para que estos sientan que les están empujando o forzando, creando una sensación de indefensión.

Alternativamente, el director de juego podría optar por darles completa libertad para actuar, dejándoles hacer lo que quieran, siempre y cuando se asegure de que los cuatro acaban la escena muertos. Para ello es útil recordar que, si deciden retroceder para no exponerse al fuego enemigo, serán los sargentos del batallón quienes les dispararán inmediatamente para evitar que otros soldados se dejen llevar por el miedo y se interrumpa la carga.

El primero en entrar en la pesadilla será Christopher, con el sueño empezando en el momento en que se encuentra de pie en el fango de la trinchera, esperando. Pocos instantes después se oirá el silbato que da la orden de salida, y Christopher empezará a trepar la escalera de mano para salir a la carga, con el tableteo de las ametralladoras que empieza a sonar sobre su cabeza. En este momento entrará en el sueño Dylan, que se encontrará ya trepando por la escalera intentando alcanzar el terreno descubierto entre los compañeros que van cayendo encima suyo, muertos por la ráfaga continuada de ametralladora nada más asomar por encima del borde de la trinchera.

Dylan podrá ver como su hermano Christopher es alcanzado por un disparo en la cabeza antes de acabar de subir la escalera y cae muerto a la trinchera, despertando por tanto en este momento. Detrás de él, en la trinchera, el sargento habrá disparado y matado a dos soldados que, entre llantos, se negaban a subir la escalera. Mientras Dylan empieza a correr por la tierra de nadie, entrarán en el sueño Huw y Dafydd, que se encontrarán ya corriendo entre los disparos, las explosiones y los aullidos de dolor de los heridos. Antes de haber avanzado poco más de unos cuantos metros, Dylan notará algo duro bajo su pie, oirá un click y notará como la explosión de una mina desgarra su cuerpo mientras despierta.

Huw y Dafydd seguirán avanzando, corriendo, mientras las explosiones de granadas y obuses lanzan tierra y fango al aire a su alrededor, entre los silbidos y tableteo de las ametralladoras. Dafydd, que está más atrás, podrá ver como su hermano Huw queda inmovilizado en una alambrada mientras intenta pasar entre las púas, y ambos podrán ver la granada de mano girando en el aire hacia él, como si fuera a cámara lenta. La granada caerá en el suelo a su lado sin que Huw pueda moverse, atrapado en el alambre de espinos, y explotará convirtiendo toda la mitad izquierda de su torso en humeante pulpa carnosa mientras despierta. Antes de que Dafydd pueda avanzar mucho más notará como el alambre de espinos se aferra a su pierna, deteniéndole tan solo un instante antes de que una ráfaga de balas le parta por la mitad, haciéndole despertar a él también.

Una vez los personajes hayan despertado se encontrarán de nuevo en su habitación, aterrorizados y con el cuerpo cubierto de sudor frío. Su madre no tardará en aparecer, alarmada, pues los cuatro se han despertado gritando y chillando.


La Misa del Gallo

La noche del 24 al 25 a medianoche se celebrará la Misa del Gallo, oficiada por el reverendo Thomas, como todos los años. Mientras tiene lugar la misa en la versión falsa del pueblo, en la versión auténtica se estará llevando a cabo el velatorio por los difuntos hermanos Evans. A causa de esto, su negación a aceptar que están muertos les impedirá “saltar” a la versión auténtica del pueblo durante la misa garantizando que, si se presentan a la misa, atenderán efectivamente a la misma en la versión falsa.

Por demás, la misa transcurrirá de forma normal, pero es una buena ocasión para que el director de juego introduzca algunos elementos extraños, si lo desea. Por ejemplo, podría mencionar que hay una cantidad inusitada de velas en la iglesia, reflejando las que están en el velatorio de los personajes en la versión auténtica del pueblo. También podría hacer que el reverendo Thomas pidiera una oración por los chicos que han vuelto, en esta su primera visita al pueblo desde que se marcharon, aunque esta última pista probablemente sea muy obvia y debería dejarse como un último recurso para el caso de que los jugadores tengan un día particularmente “obtuso”.


El día de Navidad

El dia de Navidad, los personajes tendrán el día libre, descontando la comida familiar, para resolver los asuntos personales que deseen o curiosear por el pueblo. La comida de Navidad en casa, sin embargo, es una cita con sus padres que no pueden evitar.

Durante la comida, el padre de los personajes se mostrará algo más comunicativo que hasta ese momento, y les preguntará por el frente y qué tal están las cosas en el continente. Es un hombre más razonable que otros habitantes del pueblo, y por tanto no hará comentarios como los que puedan haber sufrido en la taberna, sino que escuchará taciturno lo que le cuenten, asintiendo de vez en cuando. Sin embargo, se trata de una persona de su tiempo y, como todo el mundo que no ha estado en el frente, siente un fuerte ardor patriótico. No tolerará, por tanto, actitudes que puedan parecerle cobardes o derrotistas, y considerará su deber reforzar el sentimiento patrio de sus hijos.

El director de juego debería aprovechar la escena para que el padre de familia haga comentarios despectivos sobre "los cobardes que intentan evitar su deber en el frente", obligando así a los jugadores a posicionarse en el tema de Gwylim. Pero es importante recordar que no hará ninguna mención a Gwylim y su supuesta deserción, ya que sus padres y el resto de habitantes del pueblo son un eco del recuerdo de su primer permiso de Navidad, cuando Gwylim aún no había desaparecido.


Esta escena también puede servir para que los jugadores se planteen los miedos que tienen sus propios personajes respecto al frente, miedos que resuenan con los que experimentaba Gwylim, aunque ninguno de ellos lo haya admitido. En cualquier caso, es una buena ocasión para interpretar la psicología de los personajes y su relación con su padre, profundizando un poco más en el carácter de los Evans.


Un disparo en la tormenta

El día 26 coincide con el día en que murió Gwylim. Dado que la versión falsa del pueblo es una recreación de aquel fatídico permiso en la que los Evans están reviviendo lo sucedido, este día cobra una importancia especial. En el momento exacto en que murió Gwylim, un terrible trueno resonará en todo el pueblo con un estruendo ensordecedor, proveniente de la dirección del lago Gwenddau. Si los personajes se encuentran en la versión falsa del pueblo el sonido, similar a una terrible explosión, hará temblar el suelo y les arrojará al suelo, trasladándoles inmediatamente a la versión auténtica de Llandwydd, estén donde estén. Si en cambio se encontraban ya en la versión auténtica el sonido será realmente un trueno, aunque especialmente virulento, e irá acompañado de una repentina tormenta.

El director de juego debería hacer que esta escena sorprenda a los jugadores, haciendo que la tormenta sea terriblemente violenta y amenazadora. Esto puede ser especialmente efectivo si se contrasta con un período de calma y tranquilidad justo antes de que se oiga el terrible sonido. En todo caso, es una buena ocasión para incluir elementos extraños que hagan que la escena sea especialmente fantasmagórica, jugando con el hecho de que el pueblo esté repentinamente vacío, e incluso incluyendo flashbacks de las trincheras si lo considera necesario o la situación está especialmente estancada o los jugadores demasiado confiados.

Se hace notar que el momento concreto del día en que murió Gwylim se ha dejado intencionadamente impreciso para que el árbitro pueda introducir esta escena en el momento que considere mejor para “sacudir” a sus jugadores. Podría ser por la noche, después de la misa por los héroes, o a media tarde, justo antes de la misma, según las necesidades dramáticas de la partida a estas alturas.


La misa por los héroes

Como ya se ha mencionado antes, el pueblo celebrará una misa en honor a sus héroes la tarde del 26 de diciembre, oficiada por el reverendo Thomas. Esta misa también se celebró en el anterior permiso, cosa que el árbitro puede mencionar de pasada si considera que a los jugadores les va a ser especialmente difícil darse cuenta de la situación. Sin embargo en la mayoría de los casos no debería ser necesario, y podría darles demasiadas pistas demasiado fácilmente.


En cualquier caso esta misa coincide con la misa de réquiem por el funeral de los personajes, que tendrá lugar en la versión auténtica del pueblo. Este réquiem es un hecho innegable que actúa con demasiada fuerza sobre ellos, atrayéndoles hacia la versión auténtica si se acercan demasiado e impidiéndoles asistir a la misa por los héroes en la versión falsa. El resultado neto de todo esto es cuanto más se acerquen a la iglesia para acudir a la misa, más incómodos y desgraciados se sentirán, y más vacío parecerá el pueblo, pareciendo en principio que la mayoría de habitantes está ya dentro de la iglesia. Si finalmente, como es lo más probable, acaban entrando en la iglesia para atender a la misa, se encontrarán el edificio completamente vacío. La alta nave central de la iglesia estará en absoluto silencio, oyéndose únicamente los graznidos de los cuervos en el exterior. Al fondo de la nave, frente al altar, cuatro féretros cerrados reposarán sobre una tarima cubiertos por paños blancos, en contraste con los negros crespones de luto que adornarán el interior del edificio.

Al poco de entrar, en el momento que el director de juego estime más dramático, las campanas de la iglesia doblarán fúnebremente, tocando a muertos, tres veces tres tañidos lentos, cada diez segundos. Son las campanas de su propio funeral, y su sonido resonará en sus mismos huesos, helándoles la sangre en las venas.

Si los personajes intentan abrir los ataúdes, descubrirán que es imposible. No porque éstos están cerrados con clavos (debido al deplorable estado de los cadáveres), sino porque su propia negación se lo impedirá. Por tanto, cualquier medio normal de abrir los ataúdes que intenten estará condenado al fracaso. Tan sólo podrán llegar a abrirlos si toman medidas realmente drásticas, que representen por tanto una determinación férrea a afrontar la realidad, tales como arrojar los ataúdes al suelo, destrozarlos con un hacha, o cualquier otro acto similarmente desproporcionado. Si lograran abrir alguno de ellos, lo que encontrarán en su interior será el cadáver descuartizado y descompuesto de alguno de ellos, con las consecuencias correspondientes.

Sea como sea, durante la duración de la misa serán completamente incapaces de volver a la versión falsa del pueblo. Aunque abandonen la iglesia se encontrarán con el pueblo vacío, y no podrán regresar a la versión falsa del mismo hasta que acabe la misa de réquiem.


El camposanto

Si los personajes se aventuran en algún momento por el camposanto en la versión auténtica del pueblo, podrán ver que hay cuatro fosas abiertas en el mismo, como si estuvieran allí a la espera de enterrar a alguien. Se trata, obviamente, de las fosas abiertas para enterrar sus cadáveres, y deberían por tanto hacerles sentir un miedo irracional. En la versión falsa del pueblo estas fosas no están, y en su lugar hay simplemente una extensión de prado cuya hierba evidencia que no ha sido tocado en años. Ninguno de los habitantes del pueblo sabrá nada sobre estas fosas, obviamente, ya que no estaban allí cuando los Evans vinieron de permiso en 1915, y lógicamente será imposible enseñárselas a nadie ya que tan solo existen en la versión auténtica de Llandwydd.

Una vez haya tenido lugar el funeral de los Evans, las fosas estarán ya tapadas, puesto que residirán en ellas sus cadáveres. La sensación de miedo irrefrenable será ahora tan grande que les resultarán imposible acercarse a la tierra recién cubierta para poder examinarla a fondo. Sin embargo, las lápidas que se alzarán encima de cada una de las tumbas tendrán sus nombres escritos, con la fecha real de su muerte, el 1 de julio de 1916. Si llegan a ver sus lápidas, y para entonces aún no son conscientes de que están muertos, esto debería ser la pista definitiva, destruyendo irremisiblemente la ilusión de que siguen con vida e imposibilitándoles volver al pueblo en su versión falsa, tal y como se explica en el apartado “Cómo arbitrar esta aventura”.


El árbol y los cuervos

Como ya se ha dicho, en el centro de la plaza del pueblo, frente a la ventana de la habitación de los hermanos Evans, se alza la carcasa sin vida de un roble albar, anclado entre el cielo y el infierno. A este viejo árbol blanco, muerto desde hace años, le quedan sólo cinco ramas, una por cada uno de los días de los que disponen los hermanos para resolver sus asuntos terrenales. Un único cuervo solitario, negro y enorme, observa a los habitantes desde una de estas ramas a la llegada de los Evans al pueblo. A cada día que pase, un nuevo cuervo se habrá posado en otra de las ramas, habiendo por tanto dos cuervos, uno en cada rama, el día 24, tres el día de Navidad, y así sucesivamente. Este hecho puede servir de pista a los jugadores para hacer que se den cuenta de que el tiempo del que disponen es limitado.

El árbol en sí es un portal y un camino, que conecta el mundo de los muertos en el que se encuentran atrapados con el de los vivos, y ambos con el más allá. Tal y como se explica más adelante, en el apartado correspondiente al final de la aventura, será a través de este árbol que los hermanos Evans trasciendan finalmente, para bien o para mal.

Los cuervos, por otra parte, no se encuentran únicamente en el árbol. Como mensajeros y augures de la muerte, los cuervos representan a la muerte intentando hacer que abandonen la falsa ilusión de vida que les impide progresar y trascender. Por tanto, cada vez habrá más cuervos en el pueblo, en un intento de hacer que se den cuenta de que las cosas no son como quieren hacerse creer a sí mismos que son. Es por ello que en la versión falsa del pueblo podrán ver que hay unos cuantos cuervos, además de los que están en el roble, posados en los tejados de las casas. Con el paso del tiempo, cada día serán más los cuervos que les miren desde los tejados, y los Evans tendrán la clara sensación de que estos cuervos les están observando directamente a ellos. Sin embargo, aparte de por su número y el hecho de que parecen estar mirándoles a ellos fijamente, estos cuervos se comportan de forma completamente normal.



Cronología de la aventura

 23 de Diciembre – Llegan a Llandwydd. 
 23 de Diciembre – Por la noche sueñan su propia muerte. 
 24 de Diciembre – A medianoche la Misa del Gallo. 
 25 de Diciembre – Comida de Navidad. 
 26 de Diciembre – Muerte de Gwylim, resuena un tiro. 
 26 de Diciembre – Misa por la tarde en honor a los héroes de guerra. 
 27 de Diciembre – Acaba la partida, para bien o para mal.


El final de la aventura

Para poder trascender de su situación actual, los personajes tienen que aceptar su muerte y dar una solución a su crimen y a la situación de Daniel y Gwylim Lloyd. La mejor manera de lograrlo es hacerle saber a Daniel Lloyd donde está el cadáver de su hermano, en el fondo del lago Gwenddau, para que pueda demostrar que no era un cobarde y un desertor sino que lo mataron los Evans, así como hacerle sentir que le han perdonado.

Aunque los personajes pueden ver a Daniel en la versión auténtica del pueblo, no pueden interactuar directamente con él, como ya se ha dicho. Sin embargo, sí que pueden proyectar sentimientos e ideas hacia él debido al vínculo de culpa que les une. Aquí el director de juego deberá ejercer su buen juicio y sentido de la narrativa, pero en general si los personajes, una vez han comprendido y aceptado su situación, se dirigen a Daniel con la intención de guiarlo hasta el cadáver de su hermano, éste notará que algo le llama a ese lugar, y podrán acompañarlo como mudos testigos de su peregrinaje confuso hasta el lago Gwenddau.

Otra forma en que pueden interactuar con él es mediante el anzuelo que tomó Dafydd del cadáver de Gwylim. Si dejan este anzuelo en algún lugar donde Daniel pueda encontrarlo, éste sí que lo verá, lo cogerá, y sentirá la inspiración de acudir al lago.

Una vez en el lago, sea como sea que logren que llegue hasta allí, si los personajes expresan su deseo de indicarle donde está su hermano, esto hará que el espíritu de Gwylim haga flotar el cadáver, permitiendo a Daniel recuperarlo y llevarlo de vuelta al pueblo.

Sin embargo también es posible que, una vez acepten su situación, los personajes rechacen ayudar a Daniel considerándolo, no sin razón, culpable de su muerte. En este caso, su odio y su rechazo también se harán sentir en la mente de Daniel, conduciéndolo al suicidio.

Finalmente, es posible que los jugadores no lleguen a deducir lo que les está pasando a sus personajes, o no se les ocurra acudir a Daniel una vez se den cuenta, o no le acompañen al lago para mostrarle el cadáver de Gwylim. En este caso, transcurridos los cinco días de permiso y llenas ya las ramas del árbol de cuervos, acabará el tiempo que se les ha concedido para resolver sus asuntos. Daniel se quitará la vida, abrumado por la culpa, y ellos se verán obligados a trascender quieran o no.
En resumen, la partida acabará cuando trasciendan su situación actual, sea porque conduzcan a Daniel hasta el cadáver de su hermano, sea porque Daniel se quite la vida, o sea porque su plazo de cinco días se consuma.

Cuando llegue el momento en que trasciendan se sentirán arrastrados irresistiblemente hasta el árbol en el centro de la plaza del pueblo, y lo que ocurra dependerá de lo que hayan hecho hasta ese momento. Si han perdonado a Daniel y le han conducido hasta el cadáver de su hermano el árbol se volverá de luz y ellos entrarán en él acompañados de la figura de Gwylim, camino del Otro Lado. En el pueblo brotarán cinco flores en las ramas del árbol, que estaba muerto, una por cada uno de los Evans y otra por Gwylim. Si por el contrario Daniel ha muerto el árbol se partirá en dos como si le hubiera alcanzado un rayo, y del interior saldrán llamas y alaridos que les arrastrarán a ellos y al espíritu de Daniel al infierno. En este caso, en el pueblo el árbol será efectivamente alcanzado por un rayo, partiéndose en dos.


Personajes secundarios

Daniel Lloyd

Daniel ha vuelto de la guerra con un brazo menos y el alma destrozada por lo que hizo. Los remordimientos por causar la muerte de su batallón y sus amigos al no entregar a tiempo las órdenes le devoran por dentro. También le tortura el hecho de que todo el mundo piense que Gwylim es un cobarde que ha huido de su deber, cuando él sabe que su hermano era inocente, y que no ha huido sino que está muerto en algún sitio. Está obsesionado con encontrar el cuerpo de Gwylim, pero no sabe dónde puede estar, y la mezcla de culpa y frustración acabarán conduciéndolo al suicidio si los jugadores no encuentran la manera de perdonarle y devolverle la reputación de su hermano. Daniel es la única persona que pueden encontrarse en la versión auténtica del pueblo, aunque él no les verá a ellos, y les atravesará como si fueran de humo. Tan solo podrán encontrárselo, sin embargo, una vez hayan aceptado que están muertos.


Gwylim Lloyd

Gwylim era un chico inquieto y sensible, compañero de juegos de Dafydd en su infancia, con quien se llevaba muy bien y junto al cual atendía las clases en el colegio. En muchas ocasiones habían ido juntos a pescar al lago Gweld o al lago Gwenddau, usando los cebos que fabricaba Gwylim, unos cebos excepcionalmente únicos y bonitos. Ahora su espíritu se encuentra atrapado en el fondo del lago Gwenddau, junto con su cadáver pútrido e hinchado, ajeno al mundo exterior. Lo único que le podría hacer reaccionar sería que alguien fuera a buscar su cadáver al lago, momento en el que lo haría flotar a la superficie para que lo encontraran. Tan solo podrá trascender después de que encuentren su cadáver, limpiando así su nombre al demostrar que no huyó para evitar el reclutamiento.


Reverendo Llewellyn Thomas

El reverendo Thomas es un hombre de unos 60 años, que conserva sin embargo una frondosa cabellera blanca, frecuentemente oculta bajo una gorra oscura que lleva en todo momento. Su temprana vocación religiosa le alejó del negocio familiar, para decepción de su padre que esperaba que regentara la taberna del pueblo tras su muerte. Se trata de un hombre de pocas palabras, estricto, serio e introvertido, completamente centrado en su deber religioso como guía espiritual del pueblo. Hace décadas que no se habla con su hermana menor, Anwen, ya que jamás le pudo perdonar su poco cristiano desliz de juventud. Esto le ha convertido en un hombre amargado y pesimista, aunque intenta que esta actitud no enturbie su deber para con su rebaño.


Anwen Thomas y su hijo Christopher

Hermana del reverendo, regenta la taberna del pueblo con su joven hijo Christopher, taberna que heredó a la muerte de su padre ya que su hermano mayor Llewellyn había tomado los hábitos, y el único otro hijo de sus padres murió por un mal invierno antes de acabar la adolescencia. Cuando Anwen se acercaba a la veintena tuvo un tórrido y escandaloso asunto con un viajante que pasaba con frecuencia por el pueblo. Cuando el escándalo culminó en un embarazo en 1899 el viajante desapareció, y el señor Thomas envió a Anwen a Pwllcoed a que tuviera a su hijo, Christopher. Volvió meses después con el niño y una falsa historia que nadie creyó sobre cómo había contraído matrimonio en la ciudad y su marido había muerto. Sin embargo la posición de su padre y su hermano garantizó que el pueblo aceptara tácitamente su historia y fingiera que la mujer era viuda. Anwen es una mujer de unos 50 años, cuyo pelo pelirrojo se ha vuelto castaño con la edad, de carácter susceptible y extremadamente independiente. Su hijo Christopher es un joven de 16 años, pelirrojo, de carácter afable y extrovertido, que cree que la guerra será una excitante aventura como las de las novelillas por entregas que lee con avidez.


Griff Rhys y su hija Rhonda

Propietario del único molino del pueblo, Griff gozaba de una vida plena al tener un negocio próspero, una buena posición social y económica, y una esposa y dos hijos a los que amaba sobre todas las cosas. Sin embargo, un mal invierno se llevó a su esposa Sarah en 1902, y Griff nunca se recuperó. A pesar de querer intensamente a sus hijos, la pena le condujo a la bebida, y el alcoholismo le hizo descuidar su negocio, perdiendo durante los años subsiguientes buena parte del dinero que tenían ahorrado y volviéndole taciturno e inestable. Su hija Rhonda, una chica tranquila, disciplinada y tozuda, estaba prometida con Huw Evans. Su hijo Alexander se alistó al ejército junto a los hermanos Evans, muriendo a su lado durante la ofensiva del Somme.


David y Catrin Devonald, y su hijo Gareth

David Devonald es el principal terrateniente de Llandwydd, propietario de la mayoría de ganado y terrenos de cultivo y pastoreo, los cuales alquila en usufructo a la gente del pueblo. Se trata de un hombre relajado y organizado, introvertido y callado, cuyo escaso carácter encaja a la perfección con la naturaleza sensible y pragmática de su esposa Catrin. Se trata de gente que sale poco de su casa, especialmente debido a la frágil salud que ha sufrido Catrin desde niña. Tienen un hijo, Gareth, un chico taciturno y callado como su padre, rasgos que los horrores de la guerra han exagerado hasta dejarlo prácticamente mudo.


Morgan Clayton

Morgan Clayton ha sido siempre un hombre fieramente independiente, apasionado y de fuerte carácter. Heredó de su padre la cantera de Tydfill, que funcionaba razonablemente bien, y la convirtió con sus esfuerzos en un negocio próspero que daba de comer a más de la mitad del pueblo. Sin embargo la fuerte recesión que arrasó Gales a principios de siglo fue demasiado para él, y un par de malas decisiones de negocios le llevaron finalmente a la ruina en 1913, obligándole a cerrar la cantera y abocándoles a la pobreza. Las duras condiciones económicas en las que se encontraron desde entonces impidieron que pudiera pagar el tratamiento que necesitaba su esposa Alison cuando enfermó al año siguiente, así que Morgan se tragó su considerable orgullo y acudió a los Devonald para pedirles dinero. Sin embargo estos no se encontraban en condiciones de prestarle una suma tan importante, especialmente cuando era bastante evidente que jamás se la podría devolver, y esto provocó que Alison muriera al cabo de unos meses. Morgan nunca ha perdonado a los Devonald, a los que culpa amargamente de la muerte de su esposa. Para acabar de empeorar las cosas, su único hijo, Melfyn, murió en el frente, durante la ofensiva del Somme, junto a los hermanos Evans.


Emrys y Sian Hughes, y sus hijos Dai y Llewellyn

Emrys Hughes es un hombre mezquino y desconfiado, con un ávido interés por los negocios pero carente de la inteligencia necesaria para llevarlos a cabo. Es por eso que su matrimonio con su esposa Sian fue especialmente afortunado para él, pues su nueva mujer posee toda la astucia económica de la que él carece. Gracias a ello, los Hughes se han ido enriqueciendo poco a poco durante las últimas décadas, aprovechando la recesión económica para comprar por buen precio terrenos prometedores a sus conciudadanos, para luego alquilárselos para que los trabajaran. Esto les ha llevado a ser los mayores propietarios de terreno de Llandwydd después de los Devonald, aunque mucho menos apreciados por la gente del pueblo. Sus hijos gemelos Day y Llewellyn, en cambio, son queridos de todos por su naturaleza abierta, alegre y franca. Ni siquiera la guerra ha conseguido agriar su carácter bromista y simpático, y siempre están dispuestos a escuchar y animar a cualquiera, sin importar su origen o su condición.


Cole y Sarah Evans

Cole Evans es el carpintero del pueblo, un hombre de pocas palabras, estricto y poco sociable, obsesionado con su trabajo y con que sus hijos hagan perdurar su legado. Su esposa Sarah, en cambio, es una mujer tranquila y afable, que sabe llevar a la perfección el carácter de su marido, suavizándolo y convenciéndole indirectamente cuando su actitud deja de ser todo lo razonable que ella piensa que debería. Desde hace algunos años Cole Evans sufre de gota, una enfermedad dolorosa que ha reducido notablemente su movilidad y le ha obligado a pasar el testigo de la carpintería a su hijo Huw antes de lo que él querría.


Compañeros de armas

Los siguientes compañeros de armas de los Evans están en la versión falsa de Llandwydd y estos podrán encontrárselos, pues estaban en el pueblo durante el último permiso y siguen vivos hoy en día:
Dai y Llewellyn Hughes, hijos gemelos de Emrys y Sian Hughes; Gareth Devonald, taciturno hijo de David y Catrin Devonald; Alun Williams.

A continuación listamos los soldados que, aunque deberían estar en la versión falsa de Llandwydd, no podrán ser encontrados nunca debido a que realmente han muerto en el campo de batalla:

Daniel HarrisEwen y Emlyn James, hermanos; Charles DaviesAlexander Rhys, hijo de Griff Rhys y hermano de Rhonda Rhys; Bevan RobertsBlair y Dru Abadam, padre e hijo respectivamente; Maldwyn, Dynand y Madoc Ashton, hermanos; Yestin y Nai Brown, hermanos; John, Emin y Gruffydd Bidder, padre y sus dos hijos; David y Cadel Greenbow, hermanos; Glendower y Brynn Rothero, padre e hijo; Howel, Owen, Ieuan y Gavin Miles, padre y sus tres hijos; Taliesin y Ewen Huws, hermanos; Melfyn Clayton, hijo de Morgan Clayton; y Hugh Pearson.


Protagonistas

                                                     
                                                                                         Huw Evans (28 años)

Huw es una persona de carácter taciturno y callado por naturaleza. Prefiere pensar las cosas en lugar de soltar baladronadas o escupir palabras vacías, y se toma muy en serio las promesas y amenazas que hace. Lo que más valora en esta vida son la familia, el honor y el deber, por este orden. Está prometido a la hija del molinero, Rhonda Rhys. La perspectiva de volver a las trincheras le aterroriza, pero tiene miedo de decírselo a nadie, ni siquiera a sus hermanos.

Christopher Evans (25 años)
Christopher tiene un carácter bastante agresivo, especialmente desde que la guerra destruyó su coraje. A pesar de su actitud fuerte y su aparente valor, su espíritu está roto por dentro, devastado por los horrores que ha tenido que vivir durante una guerra en tierras lejanas más allá del mar. Su mayor miedo es que alguien se dé cuenta del terror abyecto que devora su alma y, por ello, tiende a reaccionar de forma excesiva cuando se ve enfrentado a él. La perspectiva de volver a las trincheras le aterroriza, pero tiene miedo de decírselo a nadie, ni siquiera a sus hermanos.

Dylan Evans (23 años)

Dylan siente verdadera adoración por su hermano mayor Christopher, al que cree el más fuerte de los hermanos en todos los sentidos. Sus inquietudes le llevaron desde pequeño hacia la religión, donde encontró algo con lo que saciar su enorme hambre de espiritualidad. Tiene un fuerte sentido de la justicia y la honestidad, y odia la mezquindad por encima de todas las cosas. La perspectiva de volver a las trincheras le aterroriza, pero tiene miedo de decírselo a nadie, ni siquiera a sus hermanos.

Dafydd Evans (19 años)

Dafydd es un chico sensible y de buen corazón, al que devora por dentro la culpa por lo ocurrido con Gwylim, con el que solía jugar cuando eran niños. Sabe que fue un accidente, pero no puede quitarse de la cabeza la cara de Gwylim mientras se hundía en el lago Gwenddau, y conserva el cebo de pesca que tomó del cuerpo sin vida como un recordatorio de su culpa en lo sucedido. Además, entiende perfectamente el miedo que sentía Gwylim, porque él siente exactamente lo mismo. No es tan fuerte ni tan duro como sus hermanos, y los horrores que ha vivido en la guerra le han marcado profundamente, llenándole de un terror abyecto que oculta a duras penas. La perspectiva de volver a las trincheras le aterroriza de una forma que no puede explicar con palabras.


Cronología de la Primera Guerra Mundial

1914
  • 28 de Julio – Austro-Hungría declara la guerra a Serbia por el asesinato del Archiduque Franz Ferdinand.
  • 1 de Agosto – Alemania declara la guerra a Rusia.
  • 3 de Agosto – Alemania declara la guerra a Francia.
  • 4 de Agosto – El Reino Unido declara la guerra a Alemania.
  • 10 de Agosto – Alemania ataca Sudáfrica.
  • 5 al 12 de Septiembre – Francia y el Reino Unido detienen el avance alemán hacia París en Maine. Hasta este momento los aliados se habían estado retirando continuamente. La situación se estanca.
1915
  • Abril – Alemania usa gas cloro por primera vez, contra las tropas británicas y francesas.
1916
  • 1 de Julio – Inicio de la Batalla del Somme, con el mayor número de bajas británicas de su historia. El primer día del combate el ejército británico sufrió casi 60,000 bajas.
  • Verano-otoño – Acción alemana en Verdún. El ejército francés se encuentra al borde del colapso. Hay muchas bajas inglesas y francesas debido a una estricta adherencia a maniobras previsibles.
  • 18 de Noviembre – Fin de la Batalla del Somme.
1917
  • 6 de Abril – Estados Unidos entra en la guerra.

La guerra para el soldado

Para ayudar al director de juego a ambientar la partida y describir detalles de la vida de los personajes durante su estancia en el frente, se incluyen algunas notas sobre cómo vivía la guerra en las trincheras un soldado británico. Estos datos, aunque no están directamente relacionados con la aventura, pueden ayudar a dar color y situar la acción y los personajes en su contexto histórico.


La guerra en casa

En Gran Bretaña, la mayor parte de la población mostraba un apoyo incondicional por la guerra. Los sentimientos de orgullo patrio y nacionalismo estaban exacerbados, y la gente consideraba un deber y un honor alistarse para combatir en Europa. Debido a los sentimientos generalizados del público, los hombres que no se habían presentado voluntarios sin una cauda justificada eran mal vistos por sus vecinos, siendo una vergüenza para sus familias. Por tanto, un soldado portaba su uniforme con orgullo cuando estaba de permiso, o al menos eso se esperaba de él.

Por todo ello, inicialmente la mayoría de soldados eran voluntarios pero, a medida que la máquina de guerra británica necesitaba cada vez más hombres, se pasó poco a poco al reclutamiento forzado, para enrolar a aquellos hombres que, por un motivo u otro, no se hubieran alistado voluntariamente. Este alistamiento obligatorio enroló, a lo largo de los cuatro años que duró el conflicto, a casi todos los hombres hábiles del Reino Unido. Una vez empezó el alistamiento obligatorio, pocas excusas podían librar a un hombre del servicio, siendo por ejemplo encarcelados los objetores de conciencia.

También es de notar que la ausencia de tantos hombres de su tierra virtualmente congeló la economía británica durante la guerra, y obligó a muchas mujeres a desempeñar trabajos típicamente masculinos. Aún así, la población civil no sufrió grandes penurias. El escaso nivel de desarrollo de la aviación de la época impidió que tuviera un impacto en tierras británicas, muy lejos de los bombardeos constantes que se sufrirían durante la Segunda Guerra Mundial, y ni siquiera se instauraron racionamientos hasta 1918, el último año de la guerra.


La guerra en el frente

En el frente, en cambio, las condiciones de vida eran muy diferentes. Los soldados tenían que soportar condiciones terribles, hambre y enfermedades, así como un índice de mortandad en combate elevadísimo, sin percibir que sus sacrificios tuvieran ningún impacto en unos frentes completamente inmovilizados.

Pero lo peor no eran las malas condiciones de vida, sino las estrategias diseñadas a romper el estancamiento del frente. Las salidas de las trincheras para realizar un ataque bajo fuego de ametralladora a través de la tierra de nadie eran algo terrible. Muchos soldados caían muertos en la misma trinchera antes incluso de haber acabado de subir la escalera.

Otros horrores que podía tener que sufrir un soldado en el frente incluían el oír constantemente desde las trincheras los chillidos de los compañeros heridos caídos en tierra de nadie y los de los afectados por el gas cloro o el gas mostaza desde los puestos médicos. El fuego continuado de la artillería enemiga podía obligar a los soldados a huir de las trincheras solo para encontrar la muerte a manos del fuego de ametralladora y, aunque la artillería no estuviera disparando directamente contra la propia posición, su efecto se hacía sentir en el retumbar del suelo y los trozos de compañeros que llovían del cielo.

Presenciar un ataque con lanzallamas podían devastar el alma de un hombre, igual que el verse obligado a utilizar el cadáver de un amigo como cobertura para sobrevivir a los disparos. El constante miedo a que un equipo de zapadores enemigo estuviera cavando un túnel para detonar cargas explosivas bajo la trinchera impedían que un soldado durmiera nunca tranquilo.

Pero sin duda el peor miedo del soldado era el gas, tanto el gas cloro como su sucesor, el gas mostaza, utilizado a partir de julio de 1917. Las máscaras antigás, única defensa de la que disponía el soldado, provocaban asfixia y proporcionaban una protección irregular contra el gas cloro, y ninguna contra el gas mostaza, que infectaba al soldado con solo entrar en contacto con su piel. Hasta tal punto era devastador su efecto que, cuando una zona de la trinchera era inundada por el gas mostaza, los soldados de alrededor disparaban a los compañeros que, ciegos, intentaban huir, porque su mero contacto podía infectarles.

Ante el gas cloro, de color verde, un soldado podía taparse la boca y nariz con un paño empapado en agua o, más habitualmente dada la escasez de agua, en la propia orina. Los pobres infectados podían sufrir durante hasta cuarenta y ocho horas antes de morir, con fuertes espasmos y soltando hasta dos litros de un líquido amarillento por diversos orificios. Durante este tiempo sufrían asfixia, convulsiones, cara cenicienta y taquicardia, así como unas enormes ampollas por toda la piel y ceguera.

Con el gas mostaza las cosas empeoraron aún más. Este causaba a sus víctimas quemaduras, vómitos, expulsión de sangre por la boca y la nariz, ceguera y escroto quemado, y era extremadamente doloroso, hasta el punto de que las víctimas tenían que ser atadas a las camas. Este gas, de color amarillo, circulaba a ras de suelo, y podía permanecer en la zona durante días o meses, sin que las máscaras fueran efectivas contra él. Las víctimas podían tardar de cuatro a cinco espantosas semanas en morir.

A causa de todo ello, la moral era extremadamente baja, y la principal preocupación del soldado no era la gloria o servir a su país, sino encontrar una manera de sobrevivir un día más y poder escapar de aquel infierno. Muchos soldados se mutilaron a sí mismos para ser enviados de vuelta a casa, incapacitados para el servicio, siendo los métodos más populares dispararse uno mismo en la mano o provocarse quemaduras de gravedad. Tan comunes eran estas estrategias que algunos oficiales enviaban a los soldados que presentaban estas heridas a un consejo de guerra, o simplemente les disparaban en el acto.

También hubieron bastantes casos en que batallones enteros se habían rendido al enemigo simplemente para escapar del frente, ya que la vida del prisionero de guerra habitualmente era mucho mejor que la del soldado en el frente. Las rendiciones individuales, sin embargo, eran prácticamente inexistentes, ya que las condiciones de la guerra de trincheras no permitían que un único individuo pudiera alcanzar fácilmente las líneas enemigas con vida para poderse rendir.


Personajes pregenerados y ayudas de juego

Los jugadores interpretarán en esta aventura a los hermanos Evans, tal y como se indica anteriormente. A continuación presentamos algunos documentos de ayuda que se pueden imprimir y presentar a los jugadores. Todos ellos se encuentran comprimidos en el archivo ZIP adjunto, cuyo contenido detallamos a continuación.

Introducciones.pdf - En este archivo PDF el árbitro encontrará unas fichas que puede imprimir y entregar a los jugadores, donde se detalla el trasfondo de cada uno de los personajes que interpretarán. En el archivo hay dos páginas de trasfondo para cada uno de los personajes jugadores.

Tarjetas de Identificacion.pdf - También proporcionamos un archivo PDF con tarjetas de identificación de los personajes jugadores, como ayuda de juego para darle más color a la partida. Si el director de juego quiere utilizarlas, puede imprimir las páginas 2 y 3 del PDF en dos hojas, mejor si son un poco gruesas, e imprimir entonces la página 1 en la parte de atrás de cada hoja. Si corta entonces las hojas podrá disponer de cuatro tarjetas de identificación que doblar por la mitad y entregar a sus jugadores.

Hojas de personaje.pdf - Esta aventura se ha escrito de forma genérica, sin hacer referencia a ningún sistema de juego concreto. Por tanto el director de juego o los jugadores deberán crear los personajes de los hermanos Evans. Sin embargo proporcionamos como ejemplo fichas de los cuatro hermanos para el sistema de juego de La Llamada de Cthulhu. Incluso si se va a arbitrar esta aventura en otro sistema de juego estas fichas pueden servir de guía para crear los personajes.

Mapa de Llandwydd - La region.jpg - Este mapa detalla la región donde está ubicada el pueblo de Llandwydd. El símbolo de la calavera que se encuentra en el mapa indica el lugar donde tuvo lugar la disputa con los Lloyd, y donde murió Gwylim.

Mapa de Llandwydd - El pueblo.jpg - Este mapa muestra en más detalle el pueblo de Llandwydd, con una clave descriptiva que detalla los lugares más significativos del mismo.


Créditos

Escrito por Daniel Julivert.

Ideas adicionales por Verónica Casas.

Playtesting: Xavier Alarcón, Giovanna Barlari, Verónica Casas, María Dalmau, Enric Grau, Ricard Ibáñez, Arturo Jiménez, Álex Lenza, Maribel Marín, Amanda Nevado, Jafet San Martín, Andreu Santacana, Candela Torres.

Fotografías: P. B. Abery, Jeremy Bolwell, John M. Brear, Torsten Henning, Eric Jones, F. J. Mortimer, John Myers, Pheαnix, Sten Porse, Imperial War Museum, The War Illustrated.

Fotografías de los hermanos Evans extraídas de la película Beneath Hill 60 (Jeremy Sims, 2010), usadas sin permiso.


Enlaces de descarga (ayudas de juego)






2 comentarios:

  1. Excelente material y gracias por compartirlo.
    Vamos a ir preparando la partida en @Roladlvdicrvm

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  2. Sí avisas indicando ''spoiler'' al comentar, tendríamos interés en saber como te fue con ella. Ya nos cuentas cuando la acabéis si os apetece, gracias por tus palabras.

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