Antes de que acabara 2014, y tras mucho tiempo de espera, he recibido
mi ejemplar de la nueva edición en español de Traveller, que se corresponde con
la publicada en 2008 por la editorial Mongoose y que en su momento reseñó
nuestro compañero Starkmad en Fanzine Rolero. Desde entonces ha aparecido
otra edición más en inglés (Traveller T5, realizada mediante campaña Kickstarter
y al margen de Mongoose), pero que no supone el cierre de la línea de Mongoose.
Investigar el historial de publicación de Traveller me ha dado dolores de
cabeza, así que mejor nos concentramos en lo relativo al manual que tenemos
entre manos, que ya vamos a dar bastantes vueltas. Por Miguel de Rojas.
Traveller es uno de esos clásicos que ves mencionar a menudo a los americanos y que, en cambio, no recibe mucha atención por estos lares. Hubo en 1989 una edición en español por parte de Diseños Orbitales, pero el juego no ha tenido la pervivencia de contemporáneos como La llamada de Cthulhu, D&D, RuneQuest o El Señor de los Anillos. Yo me había formado la idea mental de que era uno de esos juegos primitivos que combinan una gran simpleza (que no simplicidad) general con una complejidad innecesaria en algunos puntos. Sin embargo, cuando se lanzó un mecenazgo para traducir el juego (junto con el manual Paranoia), me apunté sin dudarlo mucho. La oferta que escogí incluía uno de los manuales y los PDF de ambos juegos por 40€, lo cual me pareció, y me sigue pareciendo, muy atractivo.
Ya en aquel momento, casi al cierre de la campaña (hablamos de septiembre de
2012), parecía poco probable que se pudieran cumplir los plazos previstos
originalmente. Pero tampoco era de esperar que fueran a pasar dos años antes de
que tuviésemos los manuales en las manos. Questron, la empresa responsable del proyecto (aunque inicialmente no se lanzó bajo esa
marca) es un estudio dedicado a la ilustración y el diseño de miniaturas que se
adentraba por primera vez en el negocio de la publicación. Está claro (y
reconocido) que calcularon extremadamente mal el tiempo y el esfuerzo de llevar
a cabo las traducciones. Lógicamente, eso no ha evitado el justificado enfado
de muchos de los participantes. Por mi parte, el hecho de que haya habido
suficiente comunicación al respecto (aunque no siempre en el tono adecuado,
todo sea dicho) ha permitido que no me preocupara mucho. Claro está que tampoco
he dado saltos de alegría, pero me doy por satisfecho ahora que ya tengo mi
ejemplar.
El libro en sí consta de 207 páginas encuadernadas en tapa dura. El papel
satinado es bastante bueno, aunque sin duda la impresión en blanco y negro (en
escala de grises, de hecho) hace que destaque aún más. Por cierto que es algo
que también se agradece a la hora de leer; últimamente me tienen algo cansado
los fondos de página muy adornados. El aspecto de este Traveller, tanto
interior como exterior, es extremadamente sobrio. La portada, totalmente negra
con el título en rojo, es la tradicional del juego, pero no va a ganar ningún
concurso por su espectacularidad. Las ilustraciones son escasas y muy
normalitas, si bien en el capítulo de naves espaciales mejoran notablemente en
ambos aspectos. Por desgracia, varios de los planos están pixelados, lo que en
ocasiones hace que las leyendas sean ilegibles; este fallo viene de la edición
original, pero no por ello es menos desafortunado. El otro defecto importante
es que muchos ejemplares han llegado con un puñado de páginas arrugadas, seguramente
por un problema de secado. Plancharlas poniéndoles peso encima alivia algo el
problema, que también parece haber mejorado con el paso del tiempo, pero no lo soluciona totalmente.
Así que el juego es más bien feíllo, viene con años de retraso y no ha
llegado en la mejor de las condiciones. ¿Mi opinión?
Me ha gustado mucho.
Si el continente no es nada del otro mundo, el contenido me ha parecido
francamente bueno. El texto es claro y conciso, carente de erratas (no puedo
asegurar lo mismo de las tablas) y está bastante bien traducido, con sólo un
par de errores menores (“demostración” en vez de “manifestación” o “florete” en
lugar de “espada ropera”). Pero son las reglas las que me han impresionado por
su brevedad sin renunciar al simulacionismo. Todo el combate terrestre,
vehículos incluidos, se resuelve en once páginas, pero incluye reglas para
cosas como el retroceso de las armas, el liderazgo de unidades o el uso de
sensores en el campo de batalla. No obstante, el reglamento no es tan completo,
en el sentido de detallar la mayoría de acciones imaginables, como otros que
conozco. Me viene a la mente Savage Worlds, que es también un reglamento breve,
pero en el que parece que todo está contemplado.
En realidad, buena parte del libro consiste en tablas para la creación de
personajes (que sigue un sistema de senda vital, aunque también hay una opción
menos aleatoria de compra por puntos), naves espaciales y planetas en los que
comerciar. No soy muy amigo de las tablas aleatorias, porque creo que es más
rápido crear elementos al vuelo, pero reconozco que estas pueden ser muy útiles
para el entorno de juego de estilo sandbox que propone Traveller. Y hablando de
eso, lo que sí es llamativo es que, aunque el texto está salpicado de
referencias a la ambientación por defecto (el Tercer Imperio), no hay ninguna
sección que la detalle. Lo que sí hay, en cambio, es alguna mención a entornos
de ciencia ficción que se pueden jugar en Traveller e incluso variantes de
reglas para ello (esencialmente, los diferentes métodos de propulsión más
rápida que la luz). Personalmente, me veo más usando el reglamento como
genérico de ciencia ficción para adaptaciones o escenarios propios que usando
su ambientación nativa. De hecho, he encontrado en Traveller lo que, por
cuestión de gustos, no hallé en Cacería de Bichos, un juego de
planteamiento similar.
Aparte de la ambientación, y pensando en esa vocación de genérico, se echa
de menos una sección de equipo ligeramente más amplia en algunos puntos. Con
unos pocos añadidos (muy pocos, en realidad), se podrían modelar mejor otros
universos. En los suplementos se pueden encontrar reglas para cosas como los
sables de luz (con otro nombre), así que tampoco es que no hayan pensado en
ello. Lo mismo puedo decir de los vehículos, que necesitarían algunos ejemplos
más para servir de referencia al director de juego que quiera introducir
elementos tan típicos como tanques convencionales o los mechas y caminantes de
Battletech y Star Wars, respectivamente. De igual manera, el listado de rasgos
para crear especies alienígenas es algo corto, y se agradecería mucho un
pequeño bestiario con criaturas inusuales y/o monstruosas ya creadas, igual que
hace el manual con las naves. En total, con diez o quince páginas más podría
haber ganado muchos enteros, pasando de bueno a fabuloso. Da la (desagradable)
impresión que hayan querido guardarse cosas para los suplementos.
Para las cuestiones específicas de las reglas y su comparación con ediciones
anteriores os remito a la reseña
que mencionaba al principio. Resumido, se lanzan 2d6 + atributo + habilidad
+ modificadores para sacar 8 o más. El margen por el que pasemos la tirada
determina el grado de éxito. Y poco más, es una mecánica simple y unificada.
Puedo señalar como distintivos un par de aspectos del combate: el daño se
aplica directamente a los atributos en vez de haber puntos de vida o niveles de
salud (lo que tiene el potencial de hacer el juego muy letal para personajes sin
armadura) y la iniciativa se va modificando a lo largo del combate de acuerdo a
las acciones de los personajes, ¡incluyendo las habilidades de Tácticas y
Liderazgo! También puedo destacar que me gusta como funcionan las habilidades
con diferentes especialidades: adquirir Ciencias Naturales te da el
entrenamiento básico (nivel 0, que supone tirar sin penalizadores) en Física,
Química y Electrónica, pero a partir del primer nivel se suben por separado. O
que no existen los puntos de experiencia per se, sino que la mejora de
habilidades requiere tiempo de entrenamiento y se va haciendo más difícil
conforme más niveles de habilidad en total posee un personaje.
En conjunto, y con todas las pegas que se le pueden poner, encuentro el
juego muy recomendable para quienes gusten del género espacial. Creo que hay
dos factores que han influido bastante en mi valoración, que quizá,
objetivamente, debería ser algo peor. En primer lugar, mi tremendo amor por el
género espacial, que escasea entre tanta fantasía medieval. Segundo, el haber
leído el manual casi al mismo tiempo que la nueva edición de Dark Heresy (de la
que hablaré con detalle en otro momento), que es todo lo contrario que el libro
del que venimos hablando: un tomazo de casi 450 páginas de diseño precioso y
recargado, denso de reglas y que me ha costado bastante terminar de leer. Por
comparación, Traveller es un manual sin alardes estéticos, que va al grano y
resuelve las reglas de forma sencilla e intuitiva. La contrapartida es que
tampoco hallaréis en él notas de diseño, declaraciones de intenciones ni apenas
consejos para el director de juego. Es un reglamento puro y duro, lo que lo
hace poco amigable para quienes se acerquen al género (o a los juegos de rol)
por primera vez. Ni siquiera incluye una aventura introductoria, cosa que
estaba previsto y para lo que se convocó un concurso. Sin embargo, los
responsables juzgaron que la única que se había presentado no estaba a la
altura (era ciertamente floja) y se abandonó la idea. Para quienes manejen el
inglés, Mongoose ofrece una
campaña gratuita en su página web.
Se me ocurre, revisando lo que he escrito, que quizá haya descubierto en Traveller lo que otros ven en los retroclones de D&D, a los que yo no les encuentro el atractivo. Tendría sentido, aunque tendré que jugarlo para confirmar mis impresiones.
Además del Tercer Imperio, para la que existe toda una línea suplementos, hay unas cuantas ambientaciones publicadas para Traveller, tanto por Mongoose como por otras compañías que también crean material
para el juego. No se puede decir que sean licencias precisamente punteras, pero
voy a destacar tres. En primer lugar, por ser las más conocidas, Juez Dredd y
Babylon 5, si bien el material de esta última está descatalogado. En segundo lugar, por ser la que más me ha interesado, Chthonian
Stars, que aúna el estilo de películas como Alien, Horizonte Final,
Atmósfera Cero o Pandorum con una temática lovecraftiana. Está emparentada con CthulhuTech,
formando parte las dos ambientaciones de lo que sus autores denominan “The
Cthulhu Saga” (Chthonian Stars sería el pasado de CthulhuTech). Hace tiempo se
anunció también una adaptación de Prime Directive, el universo alternativo de
Star Trek, pero no se ha materializado aún. Veo extremadamente improbable que
veamos nada de esto (o cualquier otro suplemento) en español, pero siempre se
puede soñar. Por otro lado, ambientaciones como Firefly o Planeta Azul
podrían haberse ahorrado la molestia de desarrollar nuevos sistemas de reglas y
haber usado el reglamento de Traveller tal cual.
Para quienes no fueran mecenas, la versión española del Traveller se puede
conseguir de dos formas. La primera es en PDF, a través de DriveThruRPG
y RPGNow.
El PDF viene sin marcadores, igual que el original, cosa que podría haberse
mejorado, igual que deberían haberse incorporado las erratas y revisiones oficiales. La segunda opción es hacerse con uno de los ejemplares de la tirada
destinada a tiendas. Aunque no estaba previsto en principio, la respuesta
mayoritaria (que no unánime) de los mecenas cuando se preguntó al respecto fue
dar el visto bueno a que se hiciera esta tirada. Así que, si estás interesado,
todavía puedes estar a tiempo de hacerte con tu ejemplar físico.
Hola miguel, tienes alguna idea de en que tiendas se distribuyó el juego?, y por otro lado, serías tan amable de pasarme tu correo para comentarte algo sobre el pdf?
ResponderEliminarHola, soy el editor de la Webmagazine, pero se da el hecho de ser uno de los que trabajaron en dicha iniciativa editorial, con el juego Paranoia. Serví algún dato de como fue el proceso del libro de la reseña en su momento, espero poder informarte.
ResponderEliminarAl parecer, el plan editorial que se tomó no era el que se me vió al principio ni el habitual. La idea era sacar los libros por CF y que estos fuesen una reliquia y joya de coleccionista, reducida en cantidad a los encargados. Esto cambió un poco, las cosas cambiaban sobre la marcha y no te enterabas ni atendiendo correo y página del asunto (fue mi caso hasta que dimití de llevar eso y avisé en redes para que no me confundieran con el perfil de empresa).
Con esto vengo a decir que hubo una cantidad de copias reducida (no se cuantas) sin tener comprador antes de imprimirse. Moví unas cuantas entre mis contactos, luego de pronto se me hizo no hacer eso y se puso a venderlas el que editaba en un perfil de eBay para tal efecto y finalmente (o quizás fuese al revés) se colocaron en lote a tiendas online no físicas y/o vendedores masivos de eBay.
Questron, que así se llamaba el sello y ahora aparece relacionado con otras actividades fuera del país, hizo comentarios sobre donde comrprarse, pero realizó críticas personales, respondió mal a algunos mecenas y destruyó su página oficial que era una página en Facebook, así que no puedo consultar los datos.
Todo esto es tan azaroso e irregular como suena.
Estimando (que cifras es y algo seguro o que no cambie, es complicado en todo esto) que debían ser menos de 100 ejemplares, supongo que está todo vendido ya y que dependes de algún especulador o de la venta en PDF que lleva mongoose. No recuerdo si me preguntó Miguel por los puntos de venta, pero si no lo hizo es seguramente porque estimaba como yo que ya estaba todo el mercado vendido y que esto se hizo más a la manera de dar ''un pelotazo'' (ventas directas y masivas de salida) que generar una oferta fuerte y continua de manuales. Es una pena porque tanto de Traveller como de Paranoia había muchos suplementos que tenía pensado trabajar en su tradu e incluso realizar alguno made in spain.
Un saludo.
Gracias por la información...pues nada habrá que tirar del pdf...que le vamos a hacer...
ResponderEliminarAlguien tiene el pdf???, es imposible encontrarlo...y la verdad a 39€ el pdf como que no....
EliminarVery positive photos. Thank you for the article.
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